Archidiócesis de Sevilla

El pasado 3 de enero falleció en Salamanca el sacerdote jesuita Rafael Navarrete Loriguillo, a los noventa años de edad. Nacido en Coín (Málaga) en febrero de 1929, ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en Granada el 15 de julio de 1959. Casi todo su ministerio lo ejerció en la Archidiócesis hispalense, a excepción de breves períodos en Jaén y Cádiz con distintas responsabilidades en la Compañía.

Casi toda su vida estuvo dedicado a la pastoral familiar y al acompañamiento espiritual, dejando clara la impronta ignaciana en todo lo que acometía. Conocido como ‘el cura de las familias’, muchas generaciones de matrimonios han sido atendidas directamente por este jesuita de la sonrisa, como aún hoy se le recuerda.

Dirigió el Secretariado Diocesano de Pastoral Familiar, entre los años 1988 y 2005, la Casa de Ejercicios San Pablo de Dos Hermanas y, durante dieciséis años, el Centro Loyola de Sevilla. Esta última fue la responsabilidad que asumió antes de retirarse a la Residencia El Palo, que tiene la Compañía de Jesús en Málaga.

Escribió cuatro libros, uno de ellos dedicado a otra faceta de su personalidad: ‘El aprendizaje de la serenidad’, aspecto este en el que abrió una senda que hoy se sigue ofreciendo desde la comunidad jesuita de la calle Jesús del Gran Poder, entre otros centros.

Descanse en paz quien tantos servicios prestó a la Iglesia y a la sociedad, de forma particular en un ámbito hoy tan necesario como la familia.