Acoger
El último escrito de mi blog fue sobre “la soledad”. Doy un paso más intentando explicar cómo afrontarla desde nuestra realidad, y la respuesta es “la acogida”. Lo primero será preguntarnos ¿qué entendemos por “acogida”? Puede ser física y concreta, como acoger a una persona en tu casa, pero también es una manera de ser y actuar, que tiene en cuenta la apertura al otro. Es todo un talante de disponibilidad, que hace que el otro se sienta a gusto. Entonces decimos que es una persona cogedora. Curiosamente estamos inmersos en una cultura que valora la subjetividad, donde todo tiene que pasar por la experiencia personal, y a la vez se valora mucho las relaciones interpersonales porque todos necesitamos ser y estar acogidos.
Jesús, valoró a la persona antes que nada, por eso siempre acogió y recibió a los pecadores, los marginados…, a todos: “Al que venga a mí no lo echaré fuera” (Jn 6,37), “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados” (Mt 11,28).
Y nosotros cuando acogemos a alguien acogemos a Dios mismo: “En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de mis hermanos, a mi me lo hicisteis” ( Mt 25,40).
Nuestra tarea, como discípulos de Jesús será también acoger, principalmente a los pobres y excluidos. Así podremos contribuir a una sociedad más justa, pacífica y solidaria.
No nos podemos olvidar del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, de este año 2018, que nos propuso: “Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados”. Y nos dice que acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino. Subraya en todo el documento la importancia de la centralidad de la persona humana por su dignidad.
Quizás se necesita mucho para “hacer y ser acogida” y no podamos, por múltiples razones, acoger a todo aquel que nos los reclama, pero hay muchos modos de acoger, de ser una persona acogedora. Lo somos cuando soy amable, o si procuro tener un trato agradable, afectuoso, me preocupo del bienestar de los demás…Lo importante que la persona se sienta “alguien” para el otro.
La Virgen María acogió la llamada de Dios y fue la Madre de su Hijo. Nos acogió a todos como hijos cuando Jesús en la cruz se lo pidió (“mujer he ahí a tu hijo” Jn 19,26). Le pedimos a Ella que nos ayude a acoger la vida como nos viene y a hacerla acogedora para los demás.
6 comentarios
Acoger! La experiencia nos dice que puede cambiar totalmente la vida de una persona cuando se siente acogida. Acoger el amor cariñoso de Dios que nos regala cada día y regala también a los otros a través nuestro. Es todo un reto! Maravilloso tema Pilar. Gracias
Ilustra muy bien lo que es la acogida, y con sentido sobrenatural. Totalmente de acuerdo.
Gracias Pilar, nos tienes acostumbrada al acierto en tus articulos, esperando el siguiente. De este procuraré siempre ser acogedora !!!!
Gracias. Acojo tu aportación en mi corazón. Lo haces conectada al Amor y por Amor y es muy valiosa. Ante una situación difícil me ayuda distinguir entre la persona y la conducta. A veces no admito la conducta porque creo que es inadecuada, pero la persona siempre es digna de amor. Jesús se dirigía a la persona y confiaba en que corrigiera su conducta. Es difícil seguir esto en ocasiones, pero hay que trabajar la acogida al ser
Gracias, Pilar, nuevamente nos invita a la reflexión sobre un tema tan importante. Como bien dices podamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a ser buenos acogedores.
Gracias Transito y Enrique porque enriquece el tema.