Adviento Mariano
En el corazón del Adviento está María, tiempo especial dedicado a Ella, la que va ser la madre de Jesús, y será nuestra madre. No entenderíamos nuestro ser cristiano sin María.
Qué bueno que este tiempo especialmente mariano nos preguntásemos cómo vivo yo mi relación con María. Te invito a que haciéndote esta pregunta recorras tu infancia, el papel de tu familia, del colegio,…y lo recorras viendo y reviviendo lo que Ella pudo influir en tu vida. Será algo hermoso hacer ese recorrido.
Si te preguntas por tu devoción a la Virgen puede que parezcan “tus Vírgenes”: la de tu pueblo, la del colegio, la de tu hermandad… a las que siempre le has pedido ayuda y sus estampas va contigo.
Si piensas como te diriges a Ella aparecerán las princípiale oraciones que has ido aprendiendo y la Iglesia nos ha ido enseñando: El Rosario, que cada Ave María cobra fuerza al rezarla, sentirla y valorarla, “ahora y en la hora de nuestra muerte”; el Magnificat, el canto de grandeza y humildad de María; la Salve, esos ojos misericordiosos que nos mira y nos enseña a mirar con misericordia nuestra humanidad sufriente y dolorida. Si rezas el Ángelus es esa parada para coger fuerza en el caminar de nuestra jornada, es como una parada con ELLA. Y por supuesto le hablarás con tus palabras, como un hijo a su madre.
¿Se puede ser cristiano sin María? Ser cristiano sin María creo que es difícil, pues aunque Ella pueda que no aparezca es la que nos lleva a Jesús, “Haced lo que El os diga”. María es el espejo donde tenemos que mirarnos, verla en lo poquito que aparece en el Evangelio: “Tu madre y tus hermanos te buscan…. Mi madre y mis hermanos son los que oyen la Palabra de Dios y la cumple”. Ella entiende bien que así todos somos familia, todos somos hermanos desde la Palabra de Dios vivida.
María es el gran regalo que Jesús nos dejó. «Ahí tienes a tu madre».
Que en este nuevo Adviento dejemos que María, nuestra madre, nos muestre a Jesús y que nos lleve a Él para que podamos ir a los otros, a los que esperan esa misericordia, ternura, cariño y amor, como Ella.
2 comentarios
Me alegro de encontrarme otra vez con tus bonitos comentarios. La Virgen debe estar muy contenta.
Precioso adviento de la mano de María , nuestra madre y protectora . Ese recorrido al cual nos invita es alentador y vemos cómo siempre , deuna manera u otra, ha ido dándonos la mano .Es muy entrañable Pilar.