Archidiócesis de Sevilla

Estaba con unos amigos ayer por la tarde en una terraza y se acercó una chica y nos dijo” Soy cocinera pero no encuentro trabajo, así que dejo poesías por las mesas”. La poesía, escrita con muy buena letra inglesa, era simple y bella, decía: eres una persona difícil de encontrar, fácil de querer e imposible de olvidar.  Dejar poesías para otros, además desconocidos, me parece bello, pero hacerlo por hambre o necesidad me parece terrible. Necesitamos un cambio y la Navidad es una oportunidad ante el nuevo año. Un año lleno de esperanzas y oportunidades para ayudar a la transformación material y espiritual de una sociedad en profunda crisis. Debemos escuchar los mensajes que merecen ser meditados.

Nuestro Arzobispo manifestaba en su mensaje de Navidad: En este tiempo de consumismo desenfrenado en el primer mundo, en el submundo de los países del sur mil quinientos millones de hombres y mujeres padecen hambre y sed  y viven cercados por el analfabetismo, la enfermedad y la pobreza. Necesitamos más que nunca un Salvador, el único Salvador, enviado por el Padre de las misericordias. Marchemos a Belén hacia ese Dios que se hace Niño y sale a nuestro encuentro en esta Navidad. Sería bueno salir al encuentro de Jesús esta Navidad, con una luz clara y proyectar este encuentro en el próximo año en cada una de nuestras acciones. Quizás debamos además repartir poesías.

Tendremos que estar atentos al Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que este próximo 1 de enero de 2017 llega a su 50 edición. El papa Francisco nos ha dicho que para los cristianos la no violencia no es una opción más entre otras, la Iglesia debe tener un mensaje rotundo en la defensa de la paz. El año 2016 ha sido el Año de la Misericordia, tenemos que seguir trabajando en conseguir misericordia para el planeta y el mundo.

Don Juan José Asenjo en su mensaje de fin de año desea un feliz año nuevo para todos los cristianos de Sevilla y para todos los sevillanos, y nos recuerda el gran don que Dios nos hace con el nacimiento de su Hijo. Debemos meditar el sentido de la Navidad, y dentro de ella de la Epifanía, fiesta de la manifestación de Dios.

Un mensaje nos ha llegado, si lo meditamos comprenderemos lo que significa que alguien desconocido te deje una poesía en una mesa una tarde de invierno.