Archidiócesis de Sevilla

La celebración de la fiesta de San José en este Año de la Oración debe movernos a orar pidiéndole al Señor que haga crecer nuestra confianza y nuestra disponibilidad, dos actitudes que el Santo Patriarca nos enseña con su vida. Presentamos esta pintura que representa el sueño de San José, en Marchena.

El colegio de Santa Isabel, antiguo templo de la Compañía de Jesús titulado de la Encarnación, fue fundado por San Francisco de Borja, quien pasó por Marchena viniendo de Montilla. Como recoge Manuel A. Ramos Suárez en su monografía sobre el colegio de la Encarnación, las primeras noticias de la construcción del edificio datan de 1556, atribuyéndose las trazas y el inicio de las obras a Martín de Gainza, el cual fallece en Marchena en junio de ese mismo año, no descartándose la participación posterior de Hernán Ruiz II.

La iglesia del colegio la preside un magnífico retablo encargado en 1607 al jesuita tracista y ensamblador de retablos Alonso Matías, en el cual se integrarán las pinturas que en 1599 habían contratado los jesuitas con Alonso Vázquez, quien había realizado el San José con el Niño y el San Juan Bautista de gran formato, y las escenas del Sueño de San José y la Degollación del Bautista, que se disponen respectivamente bajo los anteriores, siendo el resto de las pinturas obra de Juan de Roelas.

Centrándonos en la pintura que representa el momento en que el ángel del Señor comunica en sueños a José que la Sagrada Familia debe huir a Egipto porque el rey Herodes quiere matarlo (cf. Mt 2,13-15), podemos observar en primer plano al Santo Patriarca durmiendo sentado apoyando su cabeza en su mano izquierda, mientras el ángel parece acercarse con sigilo para comunicarle el mensaje de parte de Dios. Una mesa con herramientas de trabajo nos informa que la escena tiene lugar en el taller, en cuyo fondo se abre una ventana que deja ver un paisaje con el momento de la huida a Egipto de la Sagrada Familia.

La contemplación de la escena del sueño de San José debe hacer crecer nuestra confianza en Dios en medio de las dificultades y nuestra disponibilidad ante los planes que el Señor tiene para cada uno de nosotros y nos recuerda que, como nos dice el Papa Francisco, “en medio de nuestros problemas y peligros, rezar quiere decir escuchar la voz que puede hacer en nosotros la misma valentía de José”. El Papa sintetiza su vida en tres verbos: rezar, trabajar y amar, y nos invita a encomendarnos a él con esta oración:

“San José, tú eres el hombre que sueña,
enséñanos a recuperar la vida espiritual
como el lugar interior en el que Dios se manifiesta y nos salva.
Quita de nosotros el pensamiento de que rezar es inútil;
ayuda a cada uno de nosotros a corresponder a lo que el Señor nos indica. Amén”.

Antonio R. Babío

Delegado diocesano de Patrimonio Cultural