Año de San José (I): El taller de José. Iglesia del Señor San José, Sevilla
El pasado 8 de diciembre se cumplieron 150 años de la proclamación de San José como Patrono de la Iglesia Católica, por lo que el papa Francisco ha dedicado este año nuevo al santo Patriarca. Iniciamos hoy un ciclo dedicado a este Santo con esta bella pintura.
El retablo mayor de la iglesia del Señor San José, bendecido en 2002, está presidido por la imagen del santo titular obra del escultor granadino Rafael Barbero de 1970, y contiene varios lienzos obra del pintor Arístides Artal, entre los que sobresalen la Adoración de los pastores y este que hoy estudiamos, el Taller de José, que muestra como indica el propio autor a San José enseñando a Jesús el oficio de carpintero, mientras la Virgen realiza su labor de costura. En el ángulo superior derecho aparece una ventana por la cual se ve llegar a los abuelos del Niño Jesús, Santa Ana y San Joaquín. Destaca en el conjunto el tratamiento hiperrealista de las herramientas, del canasto de paja que guarda la labor de María, así como especialmente de las vestiduras de esta última y del Niño. También sobresale la belleza de los rostros de todos los personajes y la luz que parece emanar de Jesús.
Sin bien el oficio de José aparece mencionado en Mateo 13, 55, la representación del taller de José, relacionado en algunas ocasiones a la escena de la Anunciación a María, comienza en el siglo XV basado en los Evangelios Apócrifos, como el Evangelio Árabe de la Infancia. En el siglo XVI la imagen del taller del Santo Patriarca comienza a adquirir el significado de la dignidad y honra del trabajo, en un momento en que la burguesía comienza a tomar fuerza frente a la aristocracia que defendía como prueba de nobleza el no trabajar, si bien será en el Barroco cuando esta escena alcance mayor difusión con el objetivo de dignificar la labor del artista. Por ello, dice el Papa Francisco en su Carta Apostólica Patris Corde que de San José “aprendió Jesús el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”.
Arístides Artal representa aquí acertadamente a San José como un hombre joven, ya que su tarea de protector de la Sagrada Familia exigía que así fuera, si bien en un primer momento los artistas lo representarán como un anciano para reforzar la idea de la virginidad de María, siguiendo los Apócrifos.
Pero algunos autores como San Jerónimo o el teólogo contrarreformista Johannes Molanus defienden su juventud, idea que tuvo gran éxito tanto en la devoción como en el arte español gracias especialmente a las Revelaciones de Sor María Jesús de Ágreda y a Francisco Pacheco quien, influenciado por el citado Molanus, en su Arte de la Pintura sostiene que en el momento de sus Desposorios con la Virgen tendría poco más de treinta años.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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