Año Murillo (II): La Inmaculada con fray Juan de Quirós.
Traemos hoy a la sección dedicada a Murillo con motivo del IV centenario de su nacimiento, la primera versión documentada que realiza nuestro pintor de una Inmaculada, modelo iconográfico que fija Murillo para siempre y que presenta en esta obra por primera vez.
Este cuadro se encuentra actualmente en el Palacio Arzobispal y procede del Convento Casa Grande de San Francisco; concretamente estaba situado encima de la reja de la Capilla de la extinguida Hermandad de la Vera Cruz, para la que fue pintada en 1653.
En esta obra aparece fray Juan de Quirós, un franciscano de Osuna que profesó en el Loreto en 1616, devoto y estudioso de la Virgen María, que Murillo representa en actitud de escribir, ya que fue autor de diversas obras marianas de entre las que sobresale la titulada “Glorias de María”, en la que hace una ferviente defensa del misterio concepcionista y cuyos tomos refleja nuestro pintor en el cuadro a los pies de la Inmaculada. Por ello, Murillo centra la escena con la Virgen como inspiradora de sus escritos, más que como una aparición mariana, significándose así que, por medio de los libros de este franciscano, se hace presente al lector la verdad de este misterio de la pura y limpia concepción de la Madre de Dios. Murillo fija aquí ya el arquetipo que desarrollará posteriormente numerosas veces y que tanto éxito alcanzará en la definición de la iconografía de este dogma. La Virgen aparece vestida con túnica blanca y manto azul, rodeada de ángeles con los atributos de las letanías, flores, palmas y ramos de olivo, llamando la atención el ángel que porta el espejo, en el cual se refleja su cara. Como señala el profesor Valdivieso, la obra está realizada con un gran sentido escenográfico ya que la escena aparece enmarcada por un baquetón fingido y un par de columnas sosteniendo un entablamento. A los lados de ambas columnas aparecen guirnaldas de frutas, y unos ángeles con el escudo de la Hermandad.
El cuadro pone de manifiesto el papel protagonista de los franciscanos en las diatribas concepcionistas del siglo XVI, en las que los hijos de San Francisco de Asís se erigieron en defensores de la concepción sin mancha de la Virgen frente a otras órdenes, como los dominicos.
La figura del fraile franciscano mirando al espectador actúa de nexo de unión entre nosotros y la Inmaculada, pareciendo que fray Juan de Quirós nos invita así a acercarnos y a adentrarnos en la visión maravillosa que de la Virgen está gozando y que quiere compartir con todos nosotros a través de sus escritos, haciéndonos partícipes de la gloria en la que está la Inmaculada Virgen María.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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