Archidiócesis de Sevilla

El encuentro ha estado coordinado por la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar, que dirige Enrique Belloso. Los participantes asumieron que quizá han podido permanecer indiferentes o no suficientemente comprometidos cuando eran otros los que sufrían las consecuencias de las decisiones de la economía moderna, y pidieron la continuidad de esta iniciativa y la búsqueda de puntos de encuentro para concretar algunas de las cuestiones suscitadas. En la mesa del encuentro participó también mons. Santiago Gómez Sierra, obispo auxiliar de Sevilla. 

En el curso del encuentro se subrayó que “esta crisis puede acrecentar el malestar social y político y hacer que la convivencia se vea alterada”. Durante el coloquio se insistió que el momento actual de la vida política y social “se ha de superar mediante el diálogo entre las diferencias que puedan impedir trabajar conjuntamente por el bien común, para construir una sociedad cada vez más justa. No se saldrá de la crisis erosionando la función social del Estado y de las redes de solidaridad de la sociedad civil así como los derechos y deberes sociales”, fueron algunas de las aportaciones de los participantes en el Encuentro.

Antes del coloquio, Teresa Compte Grau, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca, Manuel Navarro Palacios, abogado del Estado, y Miguel Rus Palacios, presidente de la Confederación Empresarial Sevillana, ayudaron a centrar la reflexión sobre la crisis, la solidaridad y la creatividad. Compte insistió en la necesidad de que “el discernimiento cristiano, el tener criterio, tienen que conducirnos necesariamente al fortalecimiento de la conciencia social de la comunidad católica, que hemos de formar”, insistiendo en que “la sociedad y el estado producen el ambiente que fomenta la expansión de la vida interior”. Manuel Navarro centró su intervención en el concepto de solidaridad indicando que “esta no resuelve definitivamente la crisis, pero si la palia, mueve a la búsqueda de soluciones y participa en los remedios, lucha contra la corrupción y facilita la regeneración moral. Al mismo tiempo que ofrece confianza”. Subrayó que “la sociedad es el escenario para la cooperación entre todos, el hombre a de ser nuestra opción radical y preferente”. Miguel Rus, destacó “la necesaria creatividad, que implica valentía, riesgo y atrevimiento, salir de la rutina y de lo cómodo. Y ayuda a buscar soluciones originales”. Insistió en que “la crisis es un momento de dar un paso al frente. Pero se necesita una condición, la unidad, impulsar iniciativas conjuntas, poner en marcha nuevas ideas”. Además, animo a buscar entre todos “caminos de esperanza para los jóvenes”, e indicó finalmente que “los cristianos somos la respuesta que la sociedad necesita hoy, desde una mayor responsabilidad y compromiso social y político”.

A lo largo del coloquio se subrayó que la confianza social está fallando, y esta pérdida de confianza es algo realmente grave. Se insistió en valorar qué papel hemos tenido, cada uno según su responsabilidad en el agravamiento de la situación política y financiera, que ha dañado la economía real y ha puesto en tela de juicio nuestra convivencia social. Se subrayó también que el éxito auténtico y duradero se obtiene con el don de uno mismo, de las propias capacidades intelectuales, de la propia iniciativa, puesto que un desarrollo económico sostenible, auténticamente humano, necesita del principio de gratuidad como manifestación de fraternidad y de la lógica del don. A  pesar del momento que vivimos se indicó que la crisis puede ser una oportunidad para hacernos más humanos, austeros, responsables, solidarios y preocupados los unos por los otros.