Ante la grave sequía que padecemos
El Arzobispo de Sevilla ha dirigido una carta a los sacerdotes, consagrados, seminaristas y fieles laicos de la Archidiócesis en la que muestra su “preocupación creciente” por la grave sequía que padecemos, e invita a todos a pedir al Señor «que nos conceda el agua que tanto necesitamos”. Reproducimos a continuación el texto íntegro de la carta.
Queridos hermanos y hermanas:
Desde hace varios meses los agricultores y los que, de una forma u otra estamos relacionados con el campo o amamos la naturaleza, venimos contemplando con preocupación creciente la grave sequía que padecemos en Sevilla, al igual que en toda Andalucía y en gran parte de España. La escasez de agua va a tener severas consecuencias para la agricultura y la ganadería por la carencia de pastos. La cosecha de cereales está a punto de perderse en muchas zonas, afectando también seriamente a la vid y al olivo. La sequía puede tener también graves consecuencias para el medio ambiente, pudiendo repercutir en algunos casos en los riegos y en el abastecimiento de las poblaciones. Estas circunstancias exigen de todos un uso responsable y solidario del agua, como nos pide el papa Francisco en la encíclica Laudato sí.
Siguiendo la recomendación de san Pablo a los primeros cristianos, «en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica» (Fil 4,6), la Iglesia siempre ha elevado al Señor oraciones por los más diversos problemas y necesidades públicas. Por ello, invito a todos a presentar al Señor nuestras súplicas, pidiendo con espíritu confiado al Creador del Universo que se digne bendecirnos con el beneficio de la lluvia.
Invito a los sacerdotes, consagrados, seminaristas y fieles laicos que intensifiquemos la plegaria al Dios compasivo y misericordioso por esta intención, pidiendo al Señor, que nos conceda el agua que tanto necesitamos. De manera particular, pido a los sacerdotes que se tenga presente en la oración de los fieles de cada Eucaristía, utilizando los formularios que figuran en el libro oficial. Hemos de encomendar también al Señor esta intención en las preces de Laudes y Vísperas, en la exposición y adoración del Santísimo y en cualquier otro tipo de oración extralitúrgica comunitaria que se celebre en nuestra Archidiócesis. Se puede celebrar también oportunamente la Eucaristía para pedir la lluvia. Los textos se encuentran en el n.º 35 de las Misas por diversas necesidades. Encomiendo especialmente esta plegaria a las comunidades de monjas contemplativas.
Agradezco de antemano la atención que todos prestaremos a esta carta circular, y aprovecho la ocasión para enviaros un abrazo fraterno y cordial y mi bendición.