ANTONIO BUENO, DIRECTOR DEL INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS RELIGIOSAS
El Instituto Superior de Ciencias Religiosas ‘San Isidoro y San Leandro’ es un centro académico de la Archidiócesis de Sevilla con rango universitario, donde el laicado y la vida consagrada pueden estudiar Filosofía y Teología de una manera sistemática. El Instituto ha supuesto un salto de calidad, pues los alumnos al finalizar sus estudios de Bachillerato y Licenciatura en Ciencias Religiosas obtienen un título con validez eclesiástica y homologación civil. Su director es el sacerdote Antonio Bueno.
¿Por qué surge este centro?
El Instituto es prácticamente un recién nacido, pues fue creado por la Congregación para la Educación Católica en el curso académico 2011-2012. Fue una apuesta personal de don Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla y moderador del Instituto. Por otro lado, yo diría que surge con dos fines fundamentales. El primero es ofrecer la oportunidad de realizar unos estudios universitarios en Ciencias Religiosas en horario de tarde, cosa que antes no existía. Y el segundo, que el Instituto vertebre y articule, en diálogo con las delegaciones diocesanas y otras instituciones académicas, la oferta formativa de la diócesis.
¿Cómo va esa adaptación de las delegaciones al Instituto?
Tengo que dar las gracias a todos los delegados diocesanos por su generosa colaboración. Actualmente son doce las delegaciones que colaboran con el Instituto. Todo este trabajo de colaboración sólo puede traer consecuencias positivas. El Instituto tiene que tener una proyección diocesana, de modo que todos lo sientan como algo suyo, y estoy convencido de que el estudio y la teología se tienen que realizar al calor de la comunión. De lo contrario el estudio se vuelve excesivamente frio.
¿Con qué recursos cuenta el Instituto?
El Instituto cuenta con muchas posibilidades formativas, profesionales y pastorales. Quiero dejar claro que todos los que quieran estudiar y formarse tienen cabida en Instituto. Es cierto, que para optar al título oficial es necesario los estudios mínimos para entrar en la Universidad, pero también es posible estudiar en nuestras aulas como alumno oyente, o hacerlo en los Cursos de Extensión Pastoral donde no es necesaria una formación universitaria. Incluso aquellos alumnos que no tengan dichos estudios y quieran obtener los títulos oficiales pueden hacer la Prueba de Acceso para mayores de 25, 40 y 45 años.
¿Y qué novedades tienen previstas para el próximo curso?
La gran novedad para el curso próximo es ofrecer junto a los cursos institucionales de Bachillerato y Licenciatura en Ciencias Religiosas, los Cursos de Extensión Pastoral que engloba el resto de la oferta formativa del Instituto y que, como su propio nombre indica, están dirigidos a la formación de los agentes pastorales de nuestra diócesis.
¿Han hecho ya balance de este año?
Me resulta muy difícil hacer un balance, porque son muchos los parámetros que hay que medir. Pero podemos decir que ha sido positivo, muy positivo. Yo, al menos, estoy satisfecho. En primer lugar, con el número de alumnos matriculados. En el presente curso hay un total de 277 alumnos. Pero por encima de todo, estoy muy satisfecho con el óptimo y buen trabajo realizado tanto por profesores como alumnos.
Se palpa una mayor inquietud por la formación en Teología ¿A qué puede ser debido?
A la madurez del propio laicado que va tomando conciencia de su identidad, de su papel tan importante en la misión de la Iglesia y de la necesidad de dar razones de su esperanza a los hombres y el mundo. Algo que me llena de profunda satisfacción, porque esto significa que la eclesiología del Concilio Vaticano II está calando y haciéndose realidad.
¿Cuál es el perfil del alumnado?
Es difícil establecer un perfil del alumnado. Más cuando vas conociendo a cada uno de los alumnos y alumnas. Yo diría que hay tantos perfiles como alumnos. Cada uno tiene distinta formación, distinto trabajo, distinta espiritualidad, distinta edad, distinta experiencia y motivación. Ahí radica la riqueza de la Iglesia. Lo que sí es de agradecer es la absoluta confianza que ha puesto toda la Iglesia de Sevilla en el Instituto. Y muestra de ello es que al día de hoy hay, ya digo, 277 alumnos matriculados. La respuesta ha sido generosa y llena de confianza.
277 perfiles… Quédese con un detalle del conjunto
El entusiasmo por aprender y formarse. Yo digo que el alumnado del Instituto es un “alumnado heroico”, ya que todos tienen muchas ocupaciones laborales y familiares. Y a pesar de todo sacan su tiempo para venir de lunes a jueves de cinco a nueve. Por eso son heroicos. Y lo más sorprendente aún, es que llegan con alegría a las clases y se van con más alegría a sus casas.
Mucho se habla de la necesidad de formación de los cristianos, pero, ¿se trata de una inquietud real?
Lo que no se conoce no se ama. Y para amar a Jesucristo hay que conocerlo. Es fundamental unir razón y corazón en nuestra fe.
¿Cuáles son los próximos retos del Instituto?
Nuestra aspiración más próxima será siempre que los alumnos salgan bien formados y preparados, sintiendo la necesidad de ser sal de la tierra y luz del mundo. En definitiva, que tomen conciencia de su identidad y de su misión.
CURSOS DE EXTENSIÓN PASTORAL
* DECA en Enseñanza Infantil y Primaria, en colaboración con la Delegación Diocesana de Enseñanza.
* Escuela Diocesana de Catequesis, en colaboración con la Delegación Diocesana de Catequesis. La Delegación Diocesana de Medios asumirá una asignatura.
* Seminario de Estudios Laicales, integrado en el ciclo institucional de Bachiller en Ciencias Religiosas en colaboración con la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar.
* Instituto Diocesano de Liturgia ‘San Isidoro’, en colaboración con Delegación Diocesana de Liturgia.
* Cursos de formación para los candidatos al lectorado y acolitado, en colaboración con el Vicario general, responsable de la formación de estos candidatos.