Antonio R. Babío, delegado diocesano de Patrimonio Cultural: “Nuestras prioridades están claras”
Son muchas las iniciativas surgidas a raíz de la pandemia provocada por la COVID-19. Éstas, sobre todo, ponen el foco en los enfermos o los desempleados, pero también hay quien se preocupa por la conservación de nuestro patrimonio en tiempos del coronavirus.
Así, la Delegación diocesana de Patrimonio Cultural ha emitido una serie de recomendaciones sobre procedimientos de desinfección en Bienes Culturales con motivo de la alarma sanitaria.
Para explicar mejor estas medidas, Antonio Rodríguez Babío, delegado de esta Pastoral, ofreció una entrevista la pasada semana en el programa Iglesia Noticia de COPE Sevilla, dirigido por Pablo Enríquez.
¿Cómo están afrontando el trabajo en este contexto tan complicado?
El trabajo en la Delegación no nos falta, y lo estamos haciendo desde el teletrabajo. Por otra parte, en la parroquia, retransmitimos la Misa por Facebook y tenemos la Cáritas parroquial a tope.
Hemos conocido un informe de su Delegación en el que se advierten de las precauciones que tenemos que tomar a la hora de desinfectar Bienes Culturales. Ustedes han ofrecido unas pautas a seguir y hablan, por ejemplo, de no realizar pulverizaciones generalizadas.
Sí, son pautas para el caso de que tengamos Bienes Culturales, es decir, obras de interés artístico o histórico en nuestros templos. Hay que señalar también que, como las iglesias han estado cerradas desde mediados de marzo no haría falta desinfectarlas de cara a su próxima apertura. Solo habría que limpiar la zona en la que ha estado el sacerdote celebrando la Eucaristía.
En el caso de aquellos templos que sí hayan tenido más actividad y solo en aquellas zonas donde no haya Bienes Culturales, desde la Delegación sí se aboga por un tratamiento basado en ozono.
Porque, en principio, es el más efectivo. De hecho, parece que mata la COVID-19 en apenas cinco minutos. Y, aunque es bastante inicuo para las personas y el medioambiente, tenemos que encargárselo a empresas especializadas.
Además, han establecido un listado de espacios en los templos que conviene no perder de vista a la hora de la desinfección.
Efectivamente, sobre todo, esos elementos que pueden estar al alcance de la mano. Por ejemplo, el suelo, los bancos o las manillas de las puertas. Con respecto a estas últimas, se recomienda mantenerlas abiertas para que la gente no tenga que abrirlas y cerrarlas.
Para estos elementos que no tengan valor artístico, recomendamos su desinfección con lejía al 30 % rebajada con agua o etanol rebajado al 70 %, también.
Y para aquellos templos que no tengan Bienes Culturales, pero sí ornamentos litúrgicos, ¿cómo deben limpiarlos?
Los elementos de orfebrería, como los cálices, se pueden lavar con una solución de alcohol al 70 % o con jabón neutro. Siempre secándolo muy bien al finalizar. No obstante, yo subrayaría que intentemos no utilizar piezas significativas durante estos días para evitar su desgaste.
Y todas estas medidas de limpieza, por supuesto, realizadas por el personal debidamente protegido.
Claro, por ahí tenemos que empezar. Todas las personas que vayan a intervenir en las tareas de limpieza tienen que llevar su equipo de protección (mascarillas, guantes, etc.).
Para terminar, nos referimos a las palabras del ecónomo diocesano, Alberto Benito, que la pasada semana, también en los micrófonos de COPE, comentó la incidencia negativa que tendrá sobre el mantenimiento del patrimonio diocesano la falta de ingresos por colectas y por el cierre de la Catedral. ¿Ha llegado el momento de establecer prioridades?
Eso será inevitable y pedimos la comprensión por parte de todos. Nuestras prioridades son claras, basadas en la urgencia de la actuación a realizar en cada momento. Intentaremos, no obstante, buscar la manera de solucionar todo lo que podamos en estas circunstancias.