Ayuda a la Iglesia Necesitada exhorta a aprender “de las minorías, pobres y perseguidos” durante el coronavirus
Desde la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), experimentan en estos momentos una comunión aún más estrecha con los hermanos necesitados y perseguidos del mundo, que no pueden acudir a Misa, participar de los sacramentos, recibir la comunión, entre otras limitaciones.
Durante estos días en los que el mundo está librando una dura batalla contra el coronavirus y en favor de la vida, ACN ha recibido también numerosos mensajes de apoyo desde diferentes rincones de parte de la Iglesia que sufre persecución y necesidad. “Estos cristianos, que conocen bien lo que es el sufrimiento en su propia vida, se unen en oración por los benefactores y amigos de la Fundación Pontificia”, refieren desde Ayuda a la Iglesia Necesitada en Sevilla.
Llamadas personales a los más vulnerables
En la actualidad, ACN España está priorizando acompañar a las personas mayores a través de los departamentos de atención al Benefactor y Promoción, por lo que hasta el momento, se contabilizan alrededor de 1. 000 llamadas personales a este vulnerable sector de la sociedad, así como también a conventos y parroquias, con la finalidad para expresarles cercanía y aliento.
“No queremos dejar a nuestros donantes solos, nuestra tarea es animarles en estos momentos, uniéndonos siempre en oración y ofreciendo por ellos nuestras intenciones diariamente en la Eucaristía que compartimos todos los miembros de la Fundación”.
Comunión espiritual con las iglesias del mundo
A raíz de la pandemia de la Covid-19, ACN España “se comunica constantemente con los obispos y las iglesias locales de todo el mundo, algunas más afectadas que otras”.
Desde Ayuda a la Iglesia Necesitada explican que en estos momentos en los que no se contemplan ayudas sanitarias, la misión y el mensaje que quieren transmitir “es el de estar más cerca que nunca de todas las iglesias que se ven sobrepasadas y todavía más empobrecidas a causa de la pandemia”, con el firme propósito de “apoyar cien por cien a que todas estas diócesis afectadas sobrevivan en su trabajo pastoral ahora que se requiere más esfuerzo”.
“Cuando nuestra fe es probada”
También, en estos momentos de dificultad y desconcierto, desde esta Fundación Pontificia se preguntan “si nuestra fe está siendo probada en estas circunstancias, como les ocurre a las personas necesitadas y perseguidas continuamente”.
Aseguran que “desde el confinamiento, deben seguir el ejemplo de cristianos que han sido encarcelados por su fe, que han vivido años en prisión y, a pesar de ello, nunca se sintieron solos, porque sabían que el Señor les acompañaba y daba sentido a sus vidas” a ejemplo del cardenal vietnamita, Van Thuan y “otras personas valientes dispuestas a entregar su vida por amor, como muchos lo están haciendo con su ayuda durante la pandemia”.
Refieren que “esas personas confiadas y persistentes en la fe “se convierten en un testimonio de abandono total en el Señor, y esa actitud nos interpela. ¿Cómo vivimos este confinamiento impuesto que nos quita libertad como a ellos?”, se interrogan.
Estas difíciles circunstancias que atraviesan los habitantes no solo en España, sino en el mundo entero, lleva a pensar constantemente en “los cristianos perseguidos que confían en Dios y en su cuidado, cualquiera que sea el sufrimiento por el que estén pasando”.
Reconocen que “hay minorías de cristianos en el mundo, aislados, que a pesar de ello nunca han dejado de sentirse miembros de la Iglesia Universal. Ello nos debe hacer seguir, más que nunca, los gestos e indicaciones del papa Francisco para esta Semana Santa”, aseguran.