Archidiócesis de Sevilla

Ayer jueves se presentó en Sevilla el último Informe sobre Libertad Religiosa elaborado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. El acto se celebró en la Facultad de Teología San Isidoro, presidido por el obispo auxiliar, monseñor Ramón Valdivia. Intervinieron José Fernández, responsable de promoción de ACN; Joseph Fidelis, sacerdote de la diócesis nigeriana de Maiduguri; y Janada Marcus, víctima en Nigeria de los yihadistas de Boko Haram.

Presentación del obispo auxiliar

En su intervención, el obispo auxiliar afirmó que “la libertad religiosa se convierte en el criterio fundamental de discernimiento para calibrar si los gobiernos tienen la legitimidad moral, y no sólo la condición legal para gobernarlos”. En esta línea, y en referencia al informe, añadió que “cada página rezuma la necesidad de que la libertad, la justicia y la paz alcancen a todos los afectados”.

Monseñor Valdivia destacó que con este informe “se pretende educar, más allá del mero sensibilizar, en la importancia de la libertad religiosa, no sólo como ausencia de coacción (…) sino como camino educativo para ordenar las propias opciones según la verdad, tal y como dice el evangelio de San Juan: la verdad os hará libres”.

Finalmente concibió el acto de presentación del Informe de Libertad Religiosa 2023 como “una oportunidad para que nosotros, al menos los que estamos presentes, seamos ciudadanos activos para que nuestro derecho a educar, a expresar sin miedo y sin ambages nuestras creencias no se vean nunca vulnerados”.

“Alarmante silencio” de la comunidad internacional

Este informe revela que la persecución por causa de la fe se ha agudizado y también ha aumentado la impunidad. En 47 de los países más peligrosos, la situación de la libertad religiosa ha empeorado en los dos últimos años, y en 36 rara vez o nunca los atacantes son procesados por la justicia. En este informe se califica como “alarmante” el silencio de la comunidad internacional ante el incumplimiento de este derecho. Otro dato significativo es que las comunidades de creyentes minoritarias “están cada vez más asfixiadas y en muchos casos, corren peligro de extinguirse”. ACN saca una primera conclusión: “El derecho a la libertad religiosa en el mundo agoniza”.

Esta “asfixia” de las minorías religiosas se materializa en ataques terroristas, vigilancia de masas, existencia de leyes anticonversión, restricciones económicas, manipulación electoral para reducir la representación de las minorías, ataques a su patrimonio cultural o la manuipulación de registros de población.

¿Quién ataca a la libertad religiosa? El estudio destaca tres focos. En 49 países, con una población total de 4.515 millones de personas, los ataques proceden de un gobierno autoritario. En 21 países, la violencia proviene del extremismo islamista; y en el caso de cuatro países, es el nacionalismo etnorreligioso el causante de los atentados a la libertad religiosa.

África y Nicaragua

África es el continente más violento por la expansión del yihadismo. La violencia islamista se ha extendido por toda África, principalmente en el Sahel, la cuenca del lago Chad, Somalia y Mozambique. De los 28 países que se incluyen en la categoría roja, es decir, donde se persigue por causa de la fe, 13 son africanos. ACN destaca que “aumentan las muertes, la persecución de los cristianos y el terror entre la población”. Una persecución de la que dieron fe los dos testigos nigerianos que intervinieron en el acto, y que agradecieron a ACN la decidida aportación para llevar adelante los proyectos de sanación de miles de personas que han sido perseguidas, secuestradas y torturadas por estos grupos terroristas.

En el informe destaca el estudio de la situación en Nicaragua. Este es el primer país del continente americano integrado en la lista de los lugares donde se cometen mayores violaciones a la libertad religiosa en el mundo. Allí la situación de este derecho ha empeorado visiblemente, y la Iglesia Católica ha sufrido el acoso y la persecución del gobierno de Daniel Ortega. En resumen, “la libertad religiosa en Nicaragua nunca ha estado tan amenazada y las perspectivas son negativas”.

ACN sostiene a la Iglesia Católica en países donde los cristianos sufren pobreza extrema, discriminación y persecución religiosa. Gracias a sus benefactores, financia cada año más de 5.000 proyectos pastorales y de emergencia en 130 países. Pero, como ellos se encargan de repetir, “aún queda mucho por hacer”.