Cáritas Sevilla consolida sus proyectos para seguir ayudando a las personas excluidas
La Asamblea General de Cáritas Diocesana se celebró el pasado sábado, 15 de junio, en el Seminario Metropolitano de Sevilla, a la que acudieron alrededor de 190 personas, entre voluntarios, párrocos y directores de distintas Cáritas parroquiales de la Archidiócesis. La Asamblea sirvió para conocer y evaluar la acción que se llevó a cabo durante el ejercicio 2018, así como establecer las líneas de trabajo para el próximo curso.
Tras la bienvenida y una pequeña oración, el director de Cáritas Sevilla, Mariano Pérez de Ayala, tomó la palabra para realizar el balance de las acciones llevadas a cabo por la institución católica durante 2018, donde recordó que la recuperación no está llegando a todas las familias, la desigualdad se está enquistando en nuestra sociedad, la puerta del empleo sigue cerrada para muchas personas y el mercado laboral no asegura unas condiciones de vida dignas.
El director quiso resaltar el esfuerzo realizado por los más de 2.900 voluntarios que forman la red de ayuda de la entidad a través de las 251 Cáritas parroquiales, pues, junto con los técnicos responsables de cada territorio, “ponen sus talentos en la construcción de una sociedad mejor y más justa”. Además, recordó la necesidad que tiene su formación, labor llevada a cabo durante el año e importante para dar el mejor servicio a aquel que lo necesite.
Apuesta por los descartados
Respecto a los proyectos específicos, continúan consolidándose en las materias de empleo, migración, personas sin hogar y economía social, además de seguir trabajando para cubrir las necesidades que se van planteando.
De esta manera, respecto al programa de Empleo y su labor fundamentalmente a través del Centro Diocesano de Empleo, en 2018 un total de 243 personas encontraron trabajo a través de las diferentes acciones desarrolladas desde el Centro, y de las más de 690 personas atendidas, 108 participaron en procesos de formación, 360 en orientación laboral y 223 en intermediación laboral.
En el programa de Inmigrantes, que se desarrolla a través del Proyecto Nazaret, 164 inmigrantes fueron atendidos en el ejercicio anterior. Se ha apostado de una manera importante por el Área de Sensibilización en materia de migraciones desarrollando la campaña ‘Compartiendo el Viaje’ por diferentes centros y lugares y participando en redes interculturales y la plataforma ‘Somos Migrantes’.
Por su parte, del programa de Atención a Personas en Situación de Exclusión Social, en el Centro Amigo en 2018, 54 personas se beneficiaron de los servicios prestados y las Cáritas parroquiales atendieron a 523 personas a través de los proyectos de atención en calle.
Respecto a 2018, el Huerto Ecológico contó con 11 trabajadores de inserción, consiguiendo una alta empleabilidad de los participantes que finalizaron su proceso de inserción (3 de las 4 personas que lo realizaron consiguieron trabajo); cuenta con 710 socios que reciben semanalmente sus productos ecológicos y se ha pasado de 70 a más de 200 cajas ecológicas a la semana, provisionando a algunos restaurantes y una cadena de hoteles.
Por último, en enero de 2019 Bioalverde S.L. asumió el Proyecto Textil como parte de su empresa de inserción, un programa que en 2018 tuvo 7 trabajadores en inserción sociolaboral, 73 contenedores (57 en parroquias y 16 en otras entidades) y se recogieron más de 700.000 kilos de ropa.
Por una cultura del encuentro
Vicente Martín, delegado episcopal de Cáritas Española, estuvo presente en la Asamblea y pronunció la ponencia ‘Espiritualidad para una cultura del encuentro’.
El ponente explicó que “vivimos con la necesidad del encuentro y gratuidad en un mundo globalizado pero que presenta muchas desigualdades, pues nos ha hecho más cercanos, pero no más humanos: la sociedad está formada por personas solas, lo que da lugar al miedo y levantar muros –añadió”.
Además, citó al papa Francisco, quien señala que “necesitamos ternura, es decir, la cultura del encuentro: que podamos hablar con tranquilidad y diversidad porque todos somos hijos de Dios”. Y recordó sus consejos para que aprendamos a ‘Compartir el viaje’: “acoger, proteger, promover, integrar, tales como ver si seguimos el modelo del Dios de la Trinidad, fijarnos en los dones que tenemos y la gratuidad, el diálogo para poder encontrarnos, respetar la dignidad humana, ver la hospitalidad como expresión de una cultura de encuentro, no descuidarnos en cuidarnos los unos a los otros y hacer lo propio con la Casa Común”.
En esta línea, Cáritas apuesta por el desarrollo humano integral y solidario, fomentar la fraternidad común, asumir como tarea la mediación en la reconciliación, recuperar vecindarios y espacios de proximidad, abordar la renovación de la sociedad redescubriendo valores, potenciar la sociedad de los cuidados, fortalecer la familia en su nivel interno y en su participación social, cuidar la Casa Común, acompañar a las comunidades cristianas para que sean acogedoras e integradoras, y ayudar a construir una cultura del encuentro. Todo ello para que, con su compromiso, se “trabaje por un mundo mejor”.
