‘CON LOS DULCES NO BASTA’
Texto e imágenes: Adrián Pérez
Una mañana cualquiera en el obrador del convento dominico de Madre de Dios, en la sevillana calle de San José se amasan y hornean los dulces que se venderán en las próximas fechas. A pesar de ser diez hermanas, no les importa tener que trabajar en las horas de descanso, porque tienen que atender los múltiples encargos y la demanda aumenta conforme se acerca la Navidad. De esta forma, será crucial vender el mayor número posible de dulces, ya que los beneficios se destinarán a la manutención de la comunidad y a la reparación del edificio, que data del siglo XV y tiene varias instalaciones en muy mal estado.
Los recursos con los que esta comunidad cuenta para realizar su vida diaria no son abundantes. “Si no trabajáramos en hacer los dulces no tendríamos apenas recursos”, explica sor Patricia, priora del convento. Además, añade: “contamos con los donativos de personas que están muy pendientes de nosotras y quieren mantenerse en el anonimato, y también tenemos algunas pensiones de las hermanas mayores, aunque antes eran más, ya que las hermanas han ido falleciendo.”
“Si no trabajáramos en hacer los dulces no tendríamos apenas recursos”
¿Basta con vender dulces para mantenerse? La priora responde tajantemente: “Imposible. Ahora mismo no podemos quejarnos porque entre los dulces y las pensiones de las hermanas más mayores ingresamos algo, pero necesitamos más ayuda”. Además de las reparaciones y las necesidades de la comunidad, tienen pagar la cuota de la Seguridad Social, para lo que, a veces, tienen que reducir otros gastos igualmente necesarios.
Ante esta situación, desde la comunidad han buscado una vía alternativa de ingresos. Se trata del aula espiritual, un espacio para realizar retiros espirituales, reflexiones, jornadas de convivencia y cualquier actividad de carácter contemplativo. Al ser un servicio nuevo, aún cuentan con poca demanda.
La muestra de dulces como forma de darse a conocer
Los dulces elaborados por esta comunidad se podrán adquirir en la muestra de dulces de conventos de clausura que tendrá lugar los días seis, siete y ocho de diciembre en el Palacio Gótico del Real Alcázar de Sevilla. Dicha muestra, además, supone para la comunidad la única vía que tiene para darse a conocer a la sociedad directamente, y en ella ponen sus esperanzas. Los medios de comunicación las han visitado, escuchado y denunciado los problemas del convento, “sin embargo, no sé… Aunque publican cosas, la ayuda no llega, aunque también tendrá que ver con la crisis…”, supone sor Patricia.
El estado actual del edificio
Ahora mismo la comunidad está acometiendo pequeñas reparaciones. La preocupación de sor Patricia se centra en dos partes: “La iglesia está muy mal, y eso nos preocupa mucho, ya que es un lugar público. También, otra zona que está muy mal, es la casa del capellán.” Mientras, están a la espera de alguna ayuda como la que ofreció la plataforma creada para ayudarles, con la que apuntalaron la casa del capellán para evitar su derrumbamiento en caso de lluvia.
Los ingresos de la venta de dulces y algunos donativos han servido para que este verano hayan podido arreglar la cubierta de un pequeño patio que estuvo a punto de desprenderse hace unos meses con la lluvia. Sin embargo, los recursos no permiten realizar las reparaciones integrales que necesita la iglesia. Además, al tratarse de un Bien de Interés Cultural, precisa una reparación dirigida por profesionales. “Ojalá podamos arreglar el edificio pronto.” Con este deseo, la comunidad afronta esta campaña de venta de dulces.
Para más información sobre el convento y los productos que realizan, visiten su página web.
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