Cristo del Millón
No es exagerado decir que es una de las imágenes del Crucificado más estremecedoras de las que hay en Sevilla. Corona el gran Retablo Mayor de la Catedral, y de él escribe el profesor Hernández Díaz: El Cristo del Millón, obra del siglo XIV, joya de la Catedral y de la propia iconografía pasionista. Con Él componían la Virgen dolorida y el Evangelista San Juan –de idéntico tiempo y valía- , constituyendo el grupo llamado ´Calvario´, versión occidental de la ´Deesis´ bizantina constituida por el ´Pantocrator´, la Virgen y el Bautista… Esta imagen existía ya en la Catedral que se levantó a partir del siglo XIII con la conquista de Sevilla, anterior a la actual Catedral, y estaba colocada a menor altura de lo que está actualmente.
Es uno de los crucificados más antiguos de Sevilla, con el cuerpo arqueado propio del estilo gótico, fijado en la cruz arbórea con tres clavos, con un largo sudario de complicados pliegues, los ojos entornados y los labios entreabiertos. La cabeza está profundamente inclinada sobre el hombro derecho, en un gesto de suprema entrega al acabar de expirar. Su tipología es parecida al Cristo de San Pedro de Sanlúcar la Mayor (Sevilla) y al Cristo de la Sangre (Cristo de los Maestres) de San Isidoro (Sevilla).
Al lado del Cristo del Millón se encuentra la Virgen, en un gesto contenido de dolor, y la de San Juan, con la mano en la mejilla, que es una actitud de acompañamiento doloroso en la iconografía medieval. A pesar del dramatismo y del colosalismo escultórico de su figura (de 186 x 163 cm), es un Cristo altamente atractivo por su serenidad y dulce actitud de acogida. No es extraño que se le conociera siempre como ´El Cristo del Millón´, por los innumerables favores que otorgaba a todo el que lo invocaba y los milagros que hacía (más de un millón…).
Fernando García Gutiérrez, S.J.
Delegado de Patrimonio Cultural
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