Voluntarios y profesionales de Cáritas participan en la XX Escuela de Otoño
La encíclica Laudato Sii ha sido el eje principal de la XX Escuela de Otoño de Cáritas, celebrada en Pilas desde el 4 al 6 de noviembre, bajo el título ‘Instrumentos de Dios en el cuidado de la Creación’. La Escuela, inaugurada por el Obispo auxiliar, monseñor Santiago Gómez, constó de dos ponencias sobre la Encíclica del papa Francisco que dieron pie a un trabajo en grupo por talleres. La primera de las ponencias, el viernes tarde, bajo el título de ‘Laudato Sii, Clamor de la Tierra, Clamor de los Pobres’ corrió a cargo de Julio Martínez Martínez, SJ, rector de la Universidad Pontificia de Comillas. Martínez presentó la Encíclica, donde el Santo Padre habla de una crisis socio-ambiental y propone una ecología integral. El pontífice también invita a emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social: “a problemas sociales se responde con redes comunitarias, no con la mera suma de bienes individuales”
El sábado por la mañana, tras la celebración de la Eucaristía, tuvo lugar la segunda ponencia, a cargo de Inmaculada Alonso Mercado, titulada ‘Llamados a cuidar la Casa Común desde el compromiso con los más pobres. ¿Qué nos dice Laudato Sii a Cáritas’. La ponencia estuvo dividida en dos partes, una primera que pretendió contemplar la herida del planeta, a través de la interconexión de todas las criaturas; y una segunda, que propuso un decálogo para iluminar la vida en talleres, dividido en aspectos sociales, económicos y espirituales, y terminando con una reflexión final y una llamada a la implicación y al compromiso.
Durante la vigésima edición de la Escuela de Otoño tuvo lugar la presentación del proyecto de Cáritas Diocesana ‘Bioalverde’. Este proyecto, al hilo de la encíclica del Papa Francisco, muestra que es posible otro modelo de relaciones socioeconómicas, ya que a través de la agricultura ecológica, más respetuosa con el planeta, se crean varios puestos de empleo de inclusión.
Pero, quizás, la parte más productiva de la Escuela fue el trabajo en talleres a tres niveles: social, económico y espiritual. Especialmente emotiva resultó la parte social, donde un subsahariano del proyecto Nazaret narró su experiencia. Su familia vivía de la pesca artesanal, pero grandes buques de grandes multinacionales saquearon el caladero del que vivía su familia y muchas más, y tuvo que empezar un viaje que, tras varios años, le llevó a cruzar el estrecho en patera, acabando finalmente en el proyecto Nazaret de Cáritas Diocesana.
La jornada del sábado terminó con una velada a cargo del grupo ‘Yerbahuena’, y un rato de convivencia nocturna.
Ya el domingo tuvo lugar la presentación de la campaña ‘Enlázate por la Justicia’. Posteriormente, Luis Guitarra y Carmen Sara Floriano pusieron música y letra a todo lo trabajado y aprendido durante los talleres.
La Escuela de Otoño culminó con la celebración de la Eucaristía, verdadera fuente que debe alimentar la vida del voluntario de Cáritas.
Además de los momentos de trabajo, son muchos los espacios de descanso y convivencia que hay a lo largo de la Escuela, momentos que permiten estrechar lazos y entrar en comunión con muchos compañeros que realizan su voluntariado en distintos puntos de la Archidiócesis. La Escuela de Otoño, un año más, ha servido para cargar las pilas y continuar con la misión evangelizadora a través de la acción caritativa