Cuidar la madre Tierra
Ya han transcurrido seis años desde la publicación de la Carta Encíclica Laudato Si´ Sobre el cuidado de la cada común. Considero que constituye el documento más claro, valiente y oportuno sobre la situación del medio ambiente en el mudo actual. Un análisis con soluciones, una visión crítica sobre nuestra relación con el planeta y sus habitantes, lleno de trascendencia y Evangelio.
Se inicia la Encíclica con: «Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba san Francisco de Asís. En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba». La madre Tierra, la Casa Común, nos cuida como una madre, nos da el sustento.
Plantea el papa Francisco, al inicio del texto de la Encíclica, esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Sin embargo, el planeta está peor, global y localmente, en muchos lugares. Me planteo, ¿por qué este documento esencial que recordamos parece no haber tenido impacto en la mejora del planeta y el mundo? Nuestro credo está lleno de fe, amor y esperanza. Seguro que, si bien por lo que aparece en los medios de comunicación la imagen de la realidad del mundo es gris, hay espacio para el cambio a la luz de la Encíclica, con seguridad algo habrá cambiado.
Pero tenemos que seguir divulgando, cada uno donde pueda y como pueda, el mensaje de la Laudato Si´, ya que es transformador. Nuestro Arzobispo Emérito, Monseñor Juan José Asenjo, nos insistió en la importancia de esta Encíclica en numerosas ocasiones desde la óptica evangélica. Estoy seguro que nuestro actual Arzobispo, Monseñor José Ángel Saiz Meneses, también incluirá la Encíclica Laudato Si´ en sus mensajes para hacer un mundo mejor y una realidad más justa y equilibrada con el medio ambiente en Sevilla, en línea con las iniciativas que se llevan a cabo en la ciudad para hacerla mejor para todos a muchos niveles. La colaboración de la Iglesia es esencial, es esta ciudad de las mil caras como dice el Alcalde Juan Espadas. Una ciudad con muchos matices, diversa y generosa, pero también con desequilibrios que hay que remediar. De acuerdo con el Papa Francisco, el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos, en el marco de un humanismo del cuidado con base evangélica.
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