Nuevas letanías (III): Consuelo de los migrantes.
El descanso en la huida a Egipto. Iglesia del Ex – Convento de la Paz (Sevilla)
La última de las invocaciones añadidas por el Papa Francisco a las letanías lauretanas pone de manifiesto la protección y la ayuda maternal de la Virgen para con los migrantes, pues Ella misma con su familia sufrió el drama de tener que abandonar su hogar y marchar lejos. Así lo vemos en esta obra del pintor novohispano Miguel Cabrera.
Este lienzo titulado ‘Descanso en la Huida a Egipto’ forma parte de una serie fechada en el siglo XVIII dedicada a la vida de la Virgen que se encuentra en la Iglesia del antiguo convento de agustinas calzadas de Nuestra Señora de la Paz, actual sede de la Hermandad de la Sagrada Mortaja, y que se compone de 12 cuadros: la Inmaculada, Nacimiento de la Virgen, Presentación de la Virgen, Visitación de la Virgen a Santa Isabel, Adoración de los pastores, Presentación del Niño Jesús en el templo, Adoración de los Reyes Magos, Circuncisión del Niño, Descanso en la Huida a Egipto y la Asunción, que han sido atribuidos recientemente al pintor mexicano Miguel Cabrera por el historiador del arte Lázaro Gila Medina.
Miguel Cabrera nació en Oaxaca a finales del siglo XVII, fechándose su primera actividad documentada en 1740. Trabajó para la Compañía de Jesús de México, así como para diferentes encargos en los grandes centros mineros como Querétaro, Guanajuato y Taxco. Precisamente en la Iglesia Parroquial de Santa Prisca de esta última ciudad se conserva una serie de la vida de la Virgen que guarda gran similitud con la que se encuentra en Sevilla.
El Descanso a la Huida a Egipto muestra en el centro de la composición a la Virgen María sentada a la sombra de un árbol, con el Niño Jesús en su regazo al que está dando de beber un tazón de leche que éste sostiene con infantil y simpático gesto. A los pies de María se sitúa un fardo que contiene las pertenencias que la Sagrada Familia ha podido coger en su apresurada huida. A la derecha de su esposa aparece San José mirando con ternura la escena, mientras les acerca unas manzanas que ha recogido en su manto.
A la izquierda del grupo central se distingue un hermoso paisaje formado por unas colinas entre las que se distingue una pequeña ciudad con torres de tejados inclinados que, como nos señala el investigador citado anteriormente, nos indica que las posibles fuentes gráficas en las que se inspira Cabrera pudieron ser estampas flamencas. En el extremo izquierdo del lienzo se descubre un alto pedestal con una escultura rompiéndose, que hace referencia al episodio de la llegada del Niño a Hermópolis, narrado por diversos apócrifos.
La amabilidad de esta escena en medio de una tragedia tan terrible como la de la inmigración, pretende subrayar que la presencia maternal de la Virgen siempre llena de consuelo y luz los momentos más difíciles de nuestra existencia.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
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