La Archidiócesis de Sevilla renueva su consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Hoy, viernes 28 de junio, el templo parroquial de los Sagrados Corazones, en San Juan de Aznalfarache, acoge a las ocho de la tarde la Misa de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús, con la especial conmemoración del centenario de la Consagración de España a esta advocación. Posteriormente, tiene lugar la procesión con el Santísimo por la explanada del recinto y la bendición de la ciudad de Sevilla.
Fuentes parroquiales han informado que este año no habrá celebración dominical vespertina tradicional en el recinto, ya que la Misa diocesana será en el marco de la peregrinación al Cerro de los Ángeles, que tiene lugar este fin de semana. Durante la misma se renovará la consagración de España al Sagrado Corazón, que tuvo lugar en 1919.
Sobre el Monumento
El cardenal Pedro Segura y Sáenz era un gran devoto a esta advocación. No en vano, ya había hecho otras construcciones en España por el mismo motivo. Así, aunque el Monumento “esconde” la cripta del propio Cardenal y su familia, el motivo funerario no fue el principal para la construcción del Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, sino una razón catequética y devocional.
En el centro del complejo arquitectónico se encuentra la imagen de Cristo, a casi 50 metros de altura, con los brazos abiertos “dispuestos a acoger a todo el que quiera acercarse a Él”. A los pies de la torre se dispuso un Sagrario con una capilla votiva, destinada a ocasiones especiales, lo que convierte al Monumento en un templo a cielo abierto.
El carácter cristocéntrico de esta construcción se refuerza si tenemos en cuenta que la actual Casa diocesana del Movimiento Cursillos de Cristiandad –situada en uno de los edificios anexos al recinto- fue inicialmente Monasterio de la Visitación, de la Orden de la Visitación de Santa María. Denominadas comúnmente Monjas Visitandinas o Salesas, la congregación fue fundada por San Francisco de Sales, en el siglo XVII, y su carisma principal es promover la advocación al Sagrado Corazón de Jesús. A estas religiosas les encomendó el Cardenal Segura, entre las décadas de los 40 y los 50, velar por el halo espiritual del recinto, porque “la espiritualidad del Corazón de Jesús es la llama más ardiente de fuego luminoso que haya llegado a los hombres después de Pentecostés”. Sin embargo, a la muerte del Cardenal, marcharon del convento.
Destaca, así mismo, sus principales accesos: un jardín con las capillas de los misterios del Rosario; un vía crucis entorno a Betania, que comienza en el Huerto de los Olivos y va mostrando cómo lo vivió Jesucristo; y la puerta que presiden, por un lado, San Pedro y San Pablo, y la Virgen de los Reyes.