Día de la Mujer, vientos de cambio
La Pastoral Obrera ha querido sumarse a la conmemoración del 8 de marzo, Día de la Mujer, denunciando la situación que viven muchas mujeres, especialmente en su relación con el trabajo, la precariedad y el desempleo, una realidad que «hace sufrir a muchas personas, familias y deteriora a toda la sociedad».
«Las mujeres sufren doblemente sus consecuencias, por la propia situación que afecta al conjunto del mundo obrero y del trabajo y por su condición de mujer. Así sufren más la degradación de los derechos laborales y sociales, viéndose sometidas a los trabajos más precarios y peor pagados; a ser las primeras en ir al paro, a ser las primeras a quienes se mira para atender a nuestros ancianos, discapacitados o enfermos, son las que acuden a Cáritas o a Cruz Roja para solicitar alimentos o recursos básicos; las que más sufren en primera persona los desahucios», lamenta Diego Márquez, delegado diocesano de Pastoral Obrera.
Al respecto, ha señalado en un escrito publicado en la revista diocesana Iglesia en Sevilla que como Iglesia, «no podemos eludir nuestro deber de avivar la sensibilidad y la capacidad de respuesta de nuestras parroquias y comunidades cristianas que están sufriendo en sus propios miembros estos problemas, profundizar en las causas que han provocado esta situación y reivindicar soluciones». Asimismo, ha apuntado que «el movimiento de liberación de las mujeres trae consigo vientos de cambio. La larga lucha de las mujeres por su emancipación es otro importante signo de los tiempos que la Iglesia debe hacer suyo».
Finalmente, ha instado a la Iglesia diocesana a «optar por un modelo de persona que nos humanice, asentado sobre el proyecto de amor que Dios Padre-Madre a través de su hijo Jesús nos ofrece, por eso en esta conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora sigamos planteándonos cómo ser la Iglesia fiel a Jesucristo que el hombre y la mujer de hoy necesitan».