Dos escenas de la Ascensión en la Basílica del Cachorro
Celebrando este domingo la solemnidad de la Ascensión del Señor, presentamos hoy dos paneles cerámicos que se encuentran en la Basílica del Stmo. Cristo de la Expiración, el Cachorro, en Triana, iglesia que fue construida según proyecto del arquitecto Aurelio Gómez Millán anexa a la antigua Ermita del Patrocinio, y que fue bendecida en 1960, siendo elevada a rango de Basílica Menor en 2012.
La fachada aparece adornada por veintiún paños cerámicos en azul cobalto y blanco, colores típicos de la cerámica trianera, que circundan la puerta y que representan los misterios del Rosario y otras escenas de la vida de Jesús y de la Virgen. Como indica Martín Carlos Palomo en la web www.retabloceramico.net, sitio especializado en el estudio y difusión de la cerámica, estos azulejos fueron realizados en 1973 por el ceramista José Escolar Mateos en la fábrica trianera de Montalván, según dibujos a tempera del pintor Juan Antonio Rodríguez Hernández. A pesar de su reducido tamaño, cada panel destaca por su cuidada composición y su belleza. Formando parte de los misterios gloriosos, que se encuentran dispuestos en la jamba derecha de la portada, aparece el correspondiente a la Ascensión del Señor, en el cual, Cristo resucitado y glorioso asciende a los cielos centrando toda la composición; a sus pies, se pueden distinguir tres discípulos que en actitud de oración ven partir al Maestro.
De igual manera, el interior de la Basílica aparece decorado por un zócalo de mármol rojo que enmarca una serie de paneles cerámicos, también en este caso en azul cobalto sobre fondo blanco, que muestran diversas escenas de la vida y de la Pasión del Señor. Así, en la primera pilastra de la nave del Evangelio, flanqueado entre dos paños que representan respectivamente a San Pedro y a San Pablo, encontramos el correspondiente a la Ascensión del Señor a los cielos. Es obra realizada en la fábrica Las Lomas, de la viuda de Luis Gordillo, a principios de la década de los sesenta, si bien es desconocido el nombre del ceramista que lo pintó. En este caso, al ser de mayores dimensiones que el anterior, la composición de la escena es más compleja y elaborada. En el centro, en la parte superior, aparece Cristo subiendo a los cielos; su brazo derecho alzado, así como la postura levemente en diagonal de todo el cuerpo le dotan de una fuerte componente ascensional, como requiere la escena representada, que queda además subrayada por el movimiento que le confieren el vuelo tanto del sudario como de la bandera que sostiene con su mano izquierda. Bajo la figura de Cristo, aparece un buen número de discípulos, entre los que se puede reconocer a Juan y delante de él, con mayor protagonismo, a la Virgen. El mayor tamaño con que este grupo de personajes son representados respecto al Señor, que aparece un poco menor, sugiere la lejanía de Cristo.
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