Effetá Sevilla congregó a 74 jóvenes en su primer retiro espiritual
El primer retiro de Effetá Sevilla tuvo lugar del 29 de noviembre al 01 de diciembre en la casa de espiritualidad Juan XXIII de Sanlúcar La Mayor, encuentro que agrupó a 74 jóvenes provenientes de diversas partes de España.
“Effetá es un retiro de jóvenes para jóvenes”, explicó Pablo Vela, quien coordinó junto a tres personas más esta primera experiencia de Primer Anuncio.
“El encuentro es testimonial, donde se habla de manera muy clara y directa, se aborda la realidad y la actualidad con el lenguaje del día a día, no pretendemos impartir catequesis ni teología, partimos de la vivencia de cada joven, miramos y disfrutamos de cómo Dios actúa en la vida de todos nosotros, cómo su amor es capaz de transformar nuestros corazones cuando nos abandonamos en Él”.
Pablo refirió que “todo joven tiene la necesidad de encontrar respuestas a muchas de las interrogantes que se plantea frecuentemente, y Jesucristo se convierte en una respuesta para quienes viven el retiro, lo que explica por qué todo el mundo sale tan feliz después del fin de semana”.
Effetá Sevilla “se ha convertido en una realidad y en un servicio para los jóvenes, no me refiero sólo al retiro en sí, sino a la conversión de los corazones que Dios inicia tras ese primer encuentro que permite ver la vida desde una perspectiva diferente”.
Nuevo método de evangelización
Para la Archidiócesis hispalense “es una alegría inmensa contar con este nuevo método de evangelización, poder atender las necesidades espirituales de esos jóvenes que, tras recibir el bautismo, la comunión y la confirmación se sienten un poco desorientados en torno a lo que la Iglesia les ofrece”, expuso.
De manera que “la misión de Effetá es tender un puente de encuentro entre el joven y Dios, entre el joven y la Iglesia mediante los retiros anuales que se realizan en primavera y otoño”.
Finalmente, Pablo aseguró que después del retiro de Effetá “lo que les espera a los jóvenes es una nueva vida, una vida en plenitud junto a Jesús. Después del retiro hay luz y una semilla sembrada en el corazón de cada joven que Dios irá regando diariamente y que crecerá y se fortalecerá a través de la participación activa del joven en su realidad parroquial, viviendo con mayor conciencia cada sacramento y cada adoración eucarística semanal, es decir, una vivencia de Jesús y su amor por convicción y no por cumplimiento”.