El Arzobispo apela a la generosidad de los fieles para ayudar a los cristianos de Tierra Santa
La colecta del Viernes Santo se dedicará, como en años anteriores, a colaborar con el sostenimiento de la presencia cristiana en Tierra Santa. Es la colecta a favor de los Santos Lugares, que cada año cobra una mayor relevancia a la vista de la situación que se está viviendo en los lugares por donde pasó Jesucristo hace más de dos mil años. Monseñor Juan José Asenjo ha escrito una carta a los párrocos, religiosos con cura de almas y responsables de iglesias y oratorios, en la que apela a “la sensibilidad de los fieles de nuestra Archidiócesis pidiéndoles que recen por la paz en aquella tierra bendita”.
Tercera diócesis en la colecta a favor de los Santos Lugares
En la citada misiva, el Arzobispo agradece también la colaboración de los sevillanos en colectas anteriores. En año 2018 la Archidiócesis de Sevilla, “a pesar de no figurar a la cabeza de las diócesis españolas en renta per cápita, ha respondido generosamente a esta llamada aportando 70.588.07 euros, 5.448,02 más que en 2017, figurando en tercer lugar, después de Madrid y Valencia, a la hora de contribuir a esta noble causa. Gracias por ello de corazón”, destaca monseñor Asenjo.
El Arzobispo analiza la situación que se vive en los Santos Lugares y muestra su preocupación por “la catarata de agresiones mutuas entre Israel y el pueblo palestino”. Recuerda que la Santa Sede, en distintos momentos, “ha clamado a favor de la paz, señalando que la opción militar no es una solución y la violencia, venga de donde venga y bajo cualquier forma que adopte, ha de ser firmemente condenada”.
“La tierra que fue cuna del cristianismo corre el peligro de quedarse sin cristianos”
Al respecto, señala que “la herida que parece no cerrarse nunca agudiza el problema de la emigración, que inexorablemente priva a la minoría cristiana palestina de sus jóvenes, sin duda las mejores razones para mirar con esperanza al futuro”. “La tierra que fue cuna del cristianismo corre el peligro de quedarse sin cristianos”, añade.
Esta colecta tiene sus raíces en tiempos de san Pablo, que organizó una cuestación a favor de la comunidad de Jerusalén, en la que participaron todas las iglesias fundadas por él. Como subraya monseñor Asenjo en su carta, la colecta expresaba “la deuda de sus comunidades hacia la Iglesia madre de Palestina, de la que habían recibido el don inefable del Evangelio”.
Una comunidad pequeña, pobre y marginada
Lo que se recaude irá destinado a una comunidad pequeña, compuesta por unos 155.000 cristianos fragmentados en 18 iglesias o confesiones cristianas, con diversos idiomas, credos y liturgia. Están en franca minoría, frente a los siete millones de judíos y más de tres millones de musulmanes. Por todo ello, se trata de un grupo pobre y marginado, que siente “la tentación permanente de la emigración, que en los últimos años ha sido fortísima y constante, hasta el punto de que no faltan quienes piensan que en los próximos años la tierra de Jesús podría quedarse sin cristianos que hagan presente a Jesucristo, su Evangelio y su Iglesia y colaboren con los Padres Franciscanos en la custodia de los Santos Lugares”.
Monseñor Asenjo recoge en su carta a la Archidiócesis las indicaciones del Cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, que detallaba el destino de esta colecta: “ayudar a la antigua porción de la Iglesia que vive en Tierra Santa en la educación de sus niños y jóvenes, facilitado a los matrimonios y a las familias viviendas dignas, servicios sociales y puestos de trabajo; trabajando por la promoción de la mujer para que salga de su marginación; y a los ancianos que carecen de jubilación y sanidad. Es necesario además colaborar para mantener los santuarios que nos recuerdan el paso del Señor entre nosotros, encargo que cumplen de modo admirable los Padres Franciscanos”.