El arzobispo clausura la visita pastoral al arciprestazgo de Morón de la Frontera
Monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, presidió ayer, 23 de junio, la Eucaristía de clausura de la visita pastoral al arciprestazgo de Morón de la Frontera, que engloba a las parroquias Dulce Nombre de Jesús, de Algámitas; San Pedro, de Coripe; Ntra. Sra. de la Consolación, de El Coronil; San José, de Montellano; Nuestra Señora de la Merced, Nuestra Señora de la Victoria y el Espíritu Santo, San Francisco de Así, San José, y San Miguel, de Morón de la Frontera; y San Antonio Abad, de Pruna.
El obispo auxiliar, monseñor Teodoro León comenzó estas visitas en el mes de enero y el pasado viernes los párrocos del arciprestazgo estudiaron y compartieron las conclusiones de la misma en una reunión con el arzobispo.
Monseñor Saiz, durante su homilía en una iglesia de San Miguel abarrotada de fieles, aseguró que durante la visita pastoral se han vivido “días de encuentro entre el pastor de la Iglesia diocesana y los miembros de las comunidades parroquiales”. Al respecto, explicó que “el obispo tiene siempre presente a cada comunidad y éstas permanecen en la comunión de la Iglesia diocesana”.
Por otro lado, pidió que esta visita pastoral diera “frutos abundantes” y que “cada comunidad se sienta confirmada en su fe y alentada en el testimonio cristiano que todos sus miembros deben dar justamente cuando la sociedad en su conjunto se va alejando de la vivencia de la vida cristiana”. En este sentido, continuó, “una comunidad parroquial debe fermentar evangélicamente la sociedad en la que se inserta y vive, sobre la que debe influir mediante el testimonio, intentando que se renueve a la luz del Evangelio. Así lo está haciendo a través del ministerio de la palabra: catequesis, grupos de jóvenes y adultos, diferentes ámbitos de formación, etc. También por la celebración de los misterios de la fe, de la oración y los sacramentos, especialmente de la Eucaristía. Y también mediante la acción caritativa y social, especialmente en este tiempo de crisis económica”.
En relación a los riesgos o miedos propios del cristiano, señaló “las tentaciones más frecuentes que sufren los agentes pastorales en la actualidad”, citando al papa Francisco en Evangelii Gaudium: “La acedia egoísta, el pesimismo estéril, la guerra entre nosotros, la mundanidad espiritual. También debemos superar la tentación de individualismo personal y de las comunidades y de autocomplacencia en las cosas que hacemos bien. Por el contrario, siempre insatisfechos e inconformistas, empezando por nosotros mismos”.
Como respuesta a estas tentaciones, concluyó exhortando a los presentes a “mantenerse unidos a vuestros sacerdotes y responder a los llamamientos a colaborar en todos los proyectos e iniciativas parroquiales, siempre en comunión y coordinación con la Iglesia diocesana y abiertos a la Iglesia universal”.