El cardenal Amigo, entre la gratitud a monseñor Asenjo y la calurosa bienvenida a monseñor Saiz
El Cardenal arzobispo emérito de Sevilla, monseñor Amigo Vallejo, se ha referido hoy al relevo episcopal en la Archidiócesis, agradeciendo a monseñor Asenjo los once años de servicio a la Iglesia en Sevilla y dando una calurosa bienvenida a monseñor Saiz Meneses, que tomará posesión del cargo el próximo 12 de junio.
En referencia al episcopado de monseñor Asenjo en Sevilla, ha destacado que “desde el primer momento trató de acercarse lo más posible a las personas y a la realidad de una diócesis muy grande, muy diversa, con formas distintas de vivir, pero siempre en cristiano”. Subraya que “supo escuchar, estar junto a las situaciones más diversas”, en parte por su experiencia anterior en Córdoba: “sabía muy bien lo que significa la religiosidad popular, lo que significa el barrio marginado, lo que significa un clero plural pero fiel. Sabía todo lo que era la complejidad de una diócesis, con tantas estructuras, asociaciones, realidades distintas”.
El Cardenal Amigo valora cómo ha pasado el tiempo “y don Juan José ha seguido en la misma línea de su interés por todas las cosas que acontecían en su diócesis”. Alude también a los problemas de visión del ahora Administrador apostólico, “que le creaban una situación de reducción de las actividades”. Al respecto, señala que lo llevó “con una ejemplaridad digna del mayor elogio. No dejó nunca, a pesar de estas dificultades, de servir a la diócesis, de viajar, de estar con unos y con otros, de presidir celebraciones, reunirse con su consejo espiritual, pastoral”. Concluye su referencia a monseñor Asenjo afirmando que “no se marcha de Sevilla, no porque su residencia la haya fijado allí, sino porque su huella ha quedado en todos los que le hemos conocido”.
“Buscando la concordia, la unidad, la comunión”
También ha tenido palabras para el Arzobispo electo, monseñor Saiz Meneses, de quien ha ponderado que se trata, por encima de todo, de “un servidor de la iglesia”. Ha hecho un repaso de su labor pastoral anterior en Tarrasa y ha destacado que “en las distintas situaciones en las que hemos podido ver su acción pastoral y episcopal siempre se ha encontrado un deseo de comprender y de ayudar”. Menciona situaciones diferentes “en las que ha sabido estar siempre con su personalidad amable, buscando la concordia, la unidad, la comunión, y sobre todo la fidelidad a Dios en el servicio a los demás”. Su cercanía a movimientos eclesiales, como Cursillos de Cristiandad, o la juventud, también son aspectos valorados positivamente por el cardenal Amigo: “Siempre se ha distinguido por su sentido práctico y por su sencillez. Sabe estar con unos y con otros, pero siempre dando el ejemplo de aquel que sirve, porque es el auténtico maestro, el que sabe que su función es la servir a los demás”, concluye.