El Congreso Nacional de Laicos «marcará un antes y un después para la Iglesia en España»
Más de dos mil personas procedentes de 70 diócesis de España participan del Congreso Nacional de Laicos que acoge este fin de semana el Pabellón de Cristal de la Casa del Campo de Madrid, una iniciativa que pretende impulsar la conversión pastoral y misionera del laicado en el Pueblo de Dios, como signo e instrumento del anuncio del Evangelio.
La delegación de la Archidiócesis de Sevilla en esta cita nacional del laicado español es una de las más numerosas, con el Arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, a la cabeza, y con el Cardenal Arzobispo Emérito, monseñor Carlos Amigo.
Este sábado, la jornada ha iniciado con la Eucaristía, presidida monseñor Luis Argüello, secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y concelebrada por obispos y sacerdotes de toda España.
Durante su homilía, monseñor Argüello ha manifestado que «el Señor nos propone vivir en comunión, salir en misión, descentrarnos de nosotros mismos. Esto solo es posible si somos sostenidos por la Gracia de Dios».
Ha señalado también que el Evangelio como eje central de todo, «muestra uno de los latidos del corazón de Cristo: la conmoción de sus entrañas al salir a los caminos y ver que los hombres y las mujeres están abatidos, como ovejas sin pastor».
El secretario general de la CEE refirió que al Congreso Nacional de Laicos «traemos las heridas del mundo para verlas con Cristo, para que el pan y el vino nos lance a patear las calles, como invita el papa Francisco».
Cuatro itinerarios de acción
Al término de la Eucaristía, los participantes del Congreso se dirigieron a los cuatro espacios temáticos dispuestos para las ponencias. La primera de ellas, titulada «Primer Anuncio estuvo a cargo de Xavier Morlans, profesor de la Facultad de Teología de Cataluña; la segunda dirigida por Covadonga Oreja, Carmelita Vedruna versó sobre «Vivir en modo acompañamiento». La tercera ponencia sobre «La formación de los laicos para ser Iglesia en salida», fue impartida por Gabino Uríbarri, SJ de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid) y finalmente el cuarto itinerario titulado «Presencia en la vida pública: Profetas 3.0 fue moderada por Agustín Domingo, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valencia.
Posteriormente, los más de dos mil participantes se distribuyeron en 80 salas repartidas por todo el Pabellón de Cristal de Madrid para las charlas sobre temas de actuación para laicos.
Delegación de Sevilla
Enrique Belloso, delegado de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Sevilla catalogó la jornada de este fin de semana como «la fiesta del laicado», ciertamente esperaban que fuera un gran congreso, pero «estamos viviendo y recibiendo mucho más».
Ha sido para la Delegación de Sevilla, «una experiencia para conocer, encontrarnos y dialogar, pero especialmente, para abrir las puertas de la Iglesia a la sociedad en España», refirió.
Para Isabel Cuenca, delegada de Justicia y Paz, el Congreso Nacional de Laicos va a marcar «un antes y un después en la Iglesia de España». Resaltó la importancia de la oración y el discernimiento a lo largo de todo el encuentro.
«Testimoniar la experiencia desde el punto de vista de la acción política y la vivencia cristiana, es el mayor aporte que Diego Ramos ha hecho a este Congreso de Laicos, «rico y plural debate que permitirá seguir disertando sobre los diversos proyectos que ejecutan en la actualidad».
De igual modo, Salvador Alegre, miembro de la delegación de Familia y Vida considera que el Congreso Nacional de Laicos ha motivado a todos los asistentes a «ser luz y sal de la tierra, en consonancia con el mandato evangélico».
Por su parte, María Albendea, delegada de Manos Unida Sevilla manifiesta que «las ponencias, las oraciones y toda la jornada en general está suponiendo un renovar para la Iglesia de España, porque «estamos cogiendo fuerzas para estar en la primera línea del corazón y de las manos de la sociedad civil».
