El sábado se presenta en Sevilla el año jubilar de Caravaca de la Cruz
La hermana mayor de la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca, Elisa María Giménez, presentará el Año Jubilar de la Santa y Vera Cruz de Caravaca 2017 el próximo sábado, 28 de enero, a las doce del mediodía en la capilla del Dulce Nombre de Jesús, sede de la Hermandad de la Vera Cruz de Sevilla.
Caravaca de la Cruz celebra un nuevo Año Jubilar en 2017, y es el tercero tras la concesión otorgada por san Juan Pablo II. Los anteriores fueron en los años 2003 y 2010. El 9 de enero de 1998 la Santa Sede concedió al Santuario de la Vera Cruz, la celebración de un año jubilar para siempre y cada siete años en torno a la devoción que existe desde siglos atrás a la Santa Cruz. Este hecho ha marcado un hito en el devenir de la devoción cristiana de la Cruz y de la proyección futura de la Basílica Santuario como lugar de peregrinación.
El Año Jubilar 2017 fue declarado oficialmente abierto por el Cardenal Agostino Vallini, vicario general de Roma. La celebración religiosa tuvo lugar el domingo 8 de enero en la Basílica Santuario de la Vera Cruz, en un templo repleto de fieles devotos de la sagrada reliquia, entre los que se encontraban numerosas autoridades civiles y militares. La Eucaristía presidida por el cardenal Vallini, fue concelebrada por el obispo de la diócesis de Cartagena, monseñor Lorca Planes; el Arzobispo de Granada, monseñor Francisco Javier Martínez; el Arzobispo emérito de Burgos, monseñor Francisco Gil; el Obispo de Guadix, monseñor Ginés García; el Obispo de Gurué (Mozambique), monseñor Francisco Lerma; y el director de la Opera Romana Pellegrinaggi, mons. Liberio Andreatta; junto a más de treinta sacerdotes. Participaron también en la celebración los seminaristas de los tres seminarios de la diócesis de Cartagena.
Con el lema ‘La cruz puerta de la vida’ se han iniciado las celebraciones religiosas en la Basílica. y son muchos los peregrinos que se acercan para ganar las indulgencias que concede la iglesia, “motivados por un deseo de limpiar el pecado, madurar en la fe y convertirse en el amor de Dios”.
Reliquia de la cruz de Jesucristo
La Cruz de Caravaca es un ’lignum crucis’, un trozo de madera perteneciente al madero en el que fue crucificado Jesucristo. Se conserva en un relicario en forma de cruz de doble brazo horizontal y uno vertical. La importancia del símbolo no reside en la teca-estuche como erróneamente cree alguna gente, sino en la reliquia contenida en el interior. Es una cruz oriental, patriarcal y pectoral que, según la tradición histórica, perteneció al patriarca Roberto, primer obispo de Jerusalén (año 1099). Ciento treinta años más tarde el patriarca, sucesor de Roberto, fue el protagonista que portaba la reliquia, la cual dos años más tarde estaba en Caravaca.
Se trata de una reliquia avalada por su procedencia patriarcal de Tierra Santa y su vinculación a la Vera Cruz, descubierta en el siglo IV por el emperador Constantino (335-347) o por su madre santa Elena (según la tradición en el año 325-6) y de la que se hicieron tres partes, siendo entregada la primera al patriarca de Jerusalén y traídas las dos restantes a Constantinopla y Roma. La presencia en Caravaca data en torno al año 1232.