El pueblo filipino, un pueblo de misioneros
El Papa Francisco ha enviado un mensaje al 51 Congreso Eucarístico Internacional que se ha celebrado en Cebú, Filipinas, del 24 al 31 de enero. Ha recordado su viaje a tierras filipinas el pasado año, en el que pudo “constatar en persona la profunda fe y la capacidad de recuperación del pueblo”, que sufrió el tifón Yolanda.
Desde que recibiera el Evangelio hace quinientos años, el pueblo filipino “ha dado siempre al mundo un ejemplo de fidelidad y de profunda devoción al Señor y a su Iglesia. Ha sido también un pueblo de misioneros, difundiendo la luz del Evangelio en Asia y hasta los confines de la tierra”.
Hablando de la Eucaristía, el Papa ha señalado que “la presencia de Cristo en medio de nosotros no es solamente una consolación, sino también una promesa y una invitación”. La promesa de la eternidad, y la invitación a “salir, como misioneros, a llevar el mensaje de la ternura del Padre, de su perdón y de su misericordia a cada hombre, mujer y niño”.
Ha insistido en la necesidad que tiene el mundo de que cada cristiano sea un verdadero discípulo misionero y ha destacado la importancia de que el Congreso se haya celebrado en el año de la misericordia. Ha animado a los filipinos a que tomen dos gestos de Cristo en la última cena, como inspiración tras el Congreso. Lo que ha llamado el Papa la “convivialidad” y el lavatorio de los pies. Con el primer término se refiere el Papa a la importancia que daba Jesús a compartir las comidas “con sus discípulos, pero también, y especialmente, con los pecadores y los marginados”. Los cristianos también han de salir al encuentro de los demás, sobre todo en Asia, donde ha de hacerse “a través del diálogo de vida”. Nuestro ejemplo “puede abrir los corazones a la gracia del Espíritu Santo, que los conduce a Cristo el salvador”. En cuanto al lavatorio, “la Eucaristía es una escuela de servicio humilde. Nos enseña a estar preparados para estar con los demás”.
El Papa Francisco ha anunciado que el próximo congreso tendrá lugar en el 2020 en Budapest, Hungría, para el que ha pedido que se rece por su fecundidad espiritual. OMPROMA
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