EL SEMINARIO MENOR DE SEVILLA
Este próximo viernes 12 de Abril, el Seminario Menor de Sevilla celebra su jornada de puertas abiertas, de manera que todos los fieles y personas de buena voluntad que quieran conocer su sede de San Juan de Aznalfarache, pueden ir allí, donde serán recibidos y atendidos por el equipo de formadores y los propios seminaristas. Es como recibir a unos familiares y amigos y enseñarles tu casa, que es como invitar a compartir la amistad, la vida, la fe. Además, la jornada incluye una vigilia de oración vocacional con la participación del grupo “Brotes de Olivo”, cuyos cantos nos han ayudado a un par de generaciones a rezar y a estar más cerca del Señor y descubrir cuál es su voluntad.
Esta jornada de puertas abiertas (va por su segunda edición) es una iniciativa loable que tiene un efecto muy positivo: eliminar prejuicios sobre las vocaciones sacerdotales tempranas. En los últimos tiempos hubo en la Iglesia, también en nuestra Archidiócesis, un progresivo abandono del cuidado de las vocaciones en los niños. Por un lado, las familias se vieron inmersas (y todavía) en la perjudicial vorágine del secularismo y recelan del sacerdocio y de la vida consagrada, de tal manera que si un niño o niña manifestaban alguna inclinación en este sentido, enseguida eran reprendidos o persuadidos de elegir otro camino con más “futuro”. Por otro lado, las diócesis veían que los seminarios menores se vaciaban y centraron su esfuerzo en la promoción de las vocaciones adultas. Así fueron languideciendo estos seminarios, que llegaron a contar con centenares de alumnos en los distintos cursos. Por cierto, nuestro Seminario Menor de Pilas fue modélico y venían de otros lugares a aprender de su funcionamiento, y sus instalaciones siguen siendo utilizadas como residencia para retiros y encuentros. Pero en 2010, por iniciativa de nuestro Arzobispo D. Juan José Asenjo se refundó, continuando con la estela de sus instituciones precedentes (la ya nombrada de Pilas, o también Sanlúcar de Barrameda y Umbrete).
Uno de los prejuicios que se escuchan sobre las vocaciones de los niños es que son demasiado inmaduros para saber si quieren dedicarse al sacerdocio. Que es mejor traer una experiencia vital, una cierta trayectoria de conocimiento del mundo. Es curioso: los que hemos creído recibir la llamada más tarde, incluso tras iniciar estudios universitarios, al echar la vista atrás solemos reconocer que el Señor nos habló mucho antes, solo que fuimos cobardes para responderles. Y que el conocimiento del mundo no hace falta hacerlo “sin sotana” para que sea verdadero. De hecho, cuando eres seminarista y después sacerdote es cuando realmente conoces al mundo, porque lo ves con los ojos de Jesucristo. Por otro lado, hay muchos sacerdotes excelentes (entre ellos, nuestro propio Arzobispo D. Juan José) que fueron seminaristas menores y precisamente por eso son ejemplo de entrega y santidad.
Otro de los prejuicios es que los niños seminaristas son niños viejos, es decir, chicos sosos, ñoños o lánguidos. Basta ir a esta jornada de puertas abiertas para cambiar esta opinión. Vas allí y ye encuentras con chicos joviales, con sana alegría, llenos de vitalidad. Pero también de gran amor a Jesucristo y a Iglesia, mostrado en la oración y la Misa diaria, la vivencia de los sacramentos y su actitud de amabilidad y servicialidad.
Los padres, aunque lógicamente temerosos al principio, están todos encantados porque ven a sus niños felices de estar en el Seminario. Se cuida perfectamente su alimentación, su salud y su educación en ESO o Bachillerato. Los compañeros de instituto, también encantados, como los profesores. Incluso visitan de vez en cuando el semianario y pasan la tarde allí.
Algunos de ellos, como es normal, descubren que el sacerdocio no es el camino para el que el Señor no les ha llamado. O es la propia Iglesia quien, por el discernimiento de los formadores, les hacen ver que es más conveniente ir por otros senderos. Y todo se vive con gratitud serenidad, y con la tranquilidad de que, al menos, se han preguntado por esa inquietud vocacional que sentían.
Demos, pues, gracias a Dios por nuestro Seminario Menor de Ntra. Sra. del Buen Aire y San Isidoro, dependiente del Seminario Metropolitano. Gracias al rector de ambos semianarios, D. Miguel Ángel Núñez, y especialmente a los formadores que conviven día a día con los seminaristas menores: el vicerrector D, Francisco Javier Nadal y el director espiritual D. Andrés Ybarra. Y los colaboradores como D. Jesús Nadal (que ejerce de "abuelo" de todos), los trabajadores y los profesores de apoyo.
Así que ya sabes: no dejes de asistir a la jornada de puertas abiertas y conocer más de cerca nuestro Seminario Menor. Y si algún chaval de tu entorno se lo está pensando, no lo dudes en animarle a seguir a Jesucristo en el sacerdocio.
Marcelino Manzano.
(Twitter: @Marce_Manzano)