Entrevista a Enrique Belloso, delegado diocesano de Apostolado Seglar: «Los laicos son uno de los grandes tesoros de la Iglesia en Sevilla»
¿Cómo afronta la Iglesia en Sevilla el Congreso Nacional de Laicos ‘Pueblo de Dios en salida’?
Lo afrontamos como una bendición para la Iglesia en España y en Sevilla, un momento para mirar al pasado sin nostalgia y al futuro con esperanza. El Congreso está pensado como un acontecimiento que forma parte de un itinerario en el cual se han de marcar las líneas fundamentales para la dinamización del laicado en los próximos años, su lema lo dice todo: Pueblo de Dios “en salida”. Por tanto, hemos de sentirnos llamados a una misión, como laicos en acción, a abandonar la comodidad de nuestros grupos, de nuestros espacios de confort, para anunciar el Evangelio.
Se habla de sinodalidad.
En efecto, hablamos de caminar juntos como Pueblo de Dios, con un claro objetivo: dar voz al laicado, escucharlo, para ayudarnos a asumir nuestra misión en la Iglesia y en la sociedad.
¿Cuál sería la foto fija del laicado sevillano en la actualidad?
No podemos ser triunfalistas, debemos ser conscientes que vivimos en una sociedad que en muchos casos se ha olvidado de Dios, le es indiferente. Sin embargo, contamos con un laicado muy entregado en parroquias, asociaciones, hermandades, colegios y una multitud de iniciativas pastorales, sociales y asistenciales. Quizás nuestro laicado, está demasiado volcado hacia «las cosas de la Iglesia», sus estructuras, su organización… Un laicado católico que parece se ha dejado ganar el espacio público por mensajes banales, consumistas, populistas y hedonistas. No podemos darnos por satisfechos. De aquí en adelante tendremos que plantearnos nuevas iniciativas de evangelización, de presencia cristiana, en los lugares donde está la gente.
Durante mucho tiempo resultaba recurrente la queja sobre la falta de confianza o de espacios de decisión para los laicos en muchos ámbitos eclesiales ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Es normal que en grupos tan numerosos y articulados surjan estas y otras quejas. Ante esto, siempre recuerdo una expresión de un sacerdote ya entonces mayor, muy desgastado por su vida entregada a los demás, una persona de oración y de gran humanidad que me decía, Enrique recuérdalo siempre, «santo, santo solo Dios, bueno, bueno solo Dios». Pues eso, en colectivos tan grandes como el nuestro surgen mil y una cuestiones, quejas, favoritismos…, que podemos vivirlo con mucha amargura o resentimiento, o desde la libertad de quien lo da todo gratuitamente. Tenemos que tener mucho cuidado con el clericalismo, y no solo de los sacerdotes, quizás todavía es peor el clericalismo de un laicado que busca ocupar espacios de poder y no de servicio. Muchos asentados en el desencanto, la crítica constante y en él siempre se ha hecho así. No obstante, en este momento, al menos a nivel global, yo veo un laicado de la Iglesia en Sevilla que tiene abierta todas las puertas de participación en diversos ámbitos eclesiales, que aconseja, impulsa acciones de interés, que mantiene estructuras pastorales, sociales y asistenciales para anunciar el Evangelio. Un laicado vivo, quizás en algunos sitios necesitado de un relevo generacional, o de un cierto aggiornamento. Pero están, sin duda, y los laicos son uno de los grandes tesoros de la Iglesia en Sevilla.
La formación, o la necesidad de ella, ha sido otro argumento esgrimido durante años ¿Podemos decir que el laicado sevillano está debidamente formado para dar razones de su fe?
El esfuerzo realizado desde el Concilio Vaticano II en nuestra Archidiócesis es digno de elogio. Y esto se lo debemos a nuestros tres últimos pastores y a cuantos, sacerdotes, miembros de vida consagrada y laicos colaboraron con ellos, que pusieron las bases y desarrollaron diversas iniciativas académicas de formación excelente que han desembocados en dos grandes instituciones, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y la neonata Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla. Por otro lado, se ha hecho un gran esfuerzo en potenciar la catequesis de iniciación cristiana, se han propuesto e impulsado itinerarios formativos para niños, jóvenes y adultos con desigual resultado, en parroquias y otras organizaciones eclesiales vinculadas al Apostolado Seglar y a las hermandades.
¿Que nos falta?
Huir de modas, ir cambiando, como de flor en flor, acercarnos a algunos grupos con el interés no tanto de formarnos, sino de encontrar un espacio de confort eclesial donde vivir la fe de una manera cómoda. La experiencia me dice que todos, sacerdotes, religiosos y laicos, necesitamos un espacio de formación permanente que nos acompañe toda la vida, que podemos adaptar a nuestra circunstancias vitales y personales, pero necesitamos espacios de referencia de formación permanente. Y aquí, el mundo digital nos plantea un gran reto, que hemos de saberlo aprovechar.
La presencia de los laicos en la vida pública ¿Reto o realidad?
Este es un reto permanente. Dos ideas: La primera, en nuestra Archidiócesis gracias a las manifestaciones de la piedad popular, lo religioso no ha abandonado la esfera pública, y esto es, sin duda, una gran oportunidad. Segunda, todavía en muchos ámbitos de la vida pública, del compromiso público, existe un porcentaje importante de católicos y muchos «practicantes», esta es otra diferencia con otras diócesis más al norte. No podemos esconder las creencias en el ejercicio de las responsabilidades públicas, que deben ser una garantía para nuestros conciudadanos de honradez y servicio, y, por otro lado, debemos impulsar espacios de comunión entre políticos católicos presentes en diversos partidos.
Hablemos del Congreso Nacional de Laicos ¿Cómo se afronta desde Sevilla?
Desde hace más de un año venimos preparando este Congreso. Se han celebrado reuniones del Consejo Diocesano de Pastoral y del Consejo Diocesano del Presbiterio, donde se ha informado de sus objetivos y fines, que es más el inicio de un proceso que en si un momento de encuentro puntual. Estos dos órganos diocesanos han sido los primeros en contestar el cuestionario. Y para un mejor impulso y animación se ha creado la Comisión Diocesana del Congreso presidida por el Obispo auxiliar de Sevilla, con el vicario de Nueva Evangelización y los delegados diocesanos que mayor número de laicos aglutinan: Pastoral Juvenil, Familia y Vida, Hermandades y Cofradías, y Apostolado Seglar. El pasado 5 de octubre se inició esta fase diocesana del Congreso, con los encuentros de vicarías, y en este momento estamos animando a la participación de todos, bien, contestando el cuestionario propuesto a los grupos, bien forma individual, vía online.
¿Cómo está siendo esta primera respuesta del laicado?
Muy generosa. En muchos lugares de la Archidiócesis, desde los que están a la sombra de la Giralda hasta los pueblos más alejados, están participando, y esperamos que el laicado sevillano acuda a esta llamada que la Iglesia en España y en Sevilla nos ha hecho. Todavía hay tiempo para participar. también queremos oír y escuchar la voz de los más alejados.
Puede cumplimentar el cuestionario aquí