Entrevista a José Ángel Martín, Delegado Episcopal para la Vida Consagrada: «La Archidiócesis de Sevilla es rica en vida consagrada»
Este fin de semana está marcado en rojo por todos los religiosos y religiosas. Porque la Iglesia celebra el día de la vida consagrada, una jornada que tiene en Sevilla su momento álgido la tarde del domingo, a las cinco. A esa hora comenzará en la Catedral la Eucaristía que presidirá el arzobispo con este motivo. El delegado episcopal para la Vida Consagrada es el sacerdote José Ángel Martín.
El arzobispo de Sevilla, en su carta con este motivo, ha subrayado varios ámbitos de encuentro de los religiosos con el Señor ¿Cómo lo resumimos?
El Arzobispo les hace una llamada a los religiosos para que vivan en la entrega, en la respuesta radical a la llamada que un día el Señor les hizo.
En esta carta, abunda en algo que también ha dirigido en distintas ocasiones a otros colectivos diocesanos: la necesidad de crecer en eclesialidad.
Pues sí, porque muchas veces a lo mejor podemos parecer islas, los religiosos por un lado, las parroquias por otro, movimientos laicales por otro, y pudiera parecer que no hay una comunión, una unidad. Lo que estamos pidiendo y trabajando este año es esa comunión, esa eclesialidad.
Mucho se habla del buen o mal momento de los religiosos en la Iglesia, pero, ¿en qué momento está la vida consagrada aquí, en Sevilla?
Hay de todo. Hay conventos que tienen un buen número de vocaciones, otros en los que hay menos o muy mayores, pero generalmente no estamos excesivamente mal. Tenemos ahora mismo 34 comunidades de vida monástica y muchísimas de
vida activa. La Archidiócesis de Sevilla es rica en vida consagrada.
¿Surgen vocaciones?
En vida contemplativa pocas vocaciones españolas y sevillanas. Muchas provienen de países de África –Kenia, Tanzania…-, menos de la India, y muchas de las que llegan son de Hispanoamérica.
¿Hay carismas que atraigan hoy de forma preferente a la juventud?
De todos es conocido que hay carismas, vocaciones e institutos de vida religiosa que llaman más la atención. Tenemos a las monjas de Lerma, también las de Iesu Communio… Hay institutos de vida consagrada que atraen más. No sabemos si es por el carisma o porque el Señor llama específicamente. Yo creo que la llamada, un cierto estilo de vida y una buena promoción vocacional, una buena campaña vocacional a través de testimonios y de, por ejemplo, las redes sociales.
En este tema siempre se ha dicho que los jóvenes se sentían atraídos por lo auténtico, por lo radical… ¿Podemos seguir diciendo lo mismo?
Pienso en lo auténtico, más que en lo radical. Radical tenemos que vivir todos nuestro ser cristiano. Yo creo que el término es autenticidad. Y, por ejemplo, las Hermanas de la Cruz tienen más vocaciones por el mismo tema. Llama la atención una persona que viva auténticamente aquello que el carisma le pide. Si va a vivir en un convento igual que fuera, se prefiere vivir fuera y no estar bajo la autoridad de nadie.
Mucho se habla de la potestad del obispo de hacer o deshacer en una congregación religiosa ¿Hasta qué punto son independientes las órdenes y congregaciones de la tutela episcopal?
El Arzobispo es el garante de toda la diócesis, el que permite que una congregación entre a formar parte de la diócesis. Él tiene esa vigilancia especial, pero no injerencia.
¿Cuál es la diferencia?
No puede intervenir en la forma de vida en la casa, en el gobierno de la misma, en la elección de superiores o en los traslados de religiosos. Todo esto en la vida activa. En la vida contemplativa sí tiene otras funciones. Por ejemplo, la rendición de cuentas, la visita canónica, la presidencia de las elecciones, etc… En mayo del año pasado salió una instrucción de la Congregación para la Vida Consagrada que concretaba el papel del obispo diocesano en cuanto a la tutela de los conventos de clausura.