¿ES POSIBLE UN MUNDO SIN BANCOS?
Con la cantidad de malas noticias que escuchamos sobre paro, desahucios, deudas, etc. a lo mejor te preguntas, ¿cómo vamos ayudar a la gente de otros países con la que está cayendo aquí?
Lo que pasa es que nuestra crisis ya la quisieran otros para sí mismos. De hecho, cuántos siguen cruzando el Estrecho de Gibraltar (una travesía peligrosa por las corrientes marinas) en barcas destartaladas, o intentando alcanzar la costa de España por el mar de Alborán ¡hasta en lanchas neumáticas!, o intentan saltarse la valla de la frontera en Melilla. ¿Te jugarías la vida sólo por aumentar tus ingresos? Seguro que no. Pero cuando se trata de sobrevivir, de tener el sustento más básico, entonces se corren muchos riesgos. Ahora que estamos viendo muy de cerca la cara de la pobreza, todos comprendemos mucho mejor el por qué de las pateras.
Aunque en “El Espejo de Sevilla” solemos dirigir nuestra mirada hacia lo más cercano, nuestra Archidiócesis, en el programa del pasado viernes te invitábamos a mirar un poco más lejos. La pobreza de los pueblos de la tierra también es asunto nuestro. Y nos acompañaba un querido matrimonio muy amigo mío, el formado por Jesús Benítez, abogado, y Ana María Lara, profesora, auténticos militantes cristianos en lucha por la justicia y la doctrina social de la Iglesia. Ellos son miembros en Sevilla del Movimiento Cultural Cristiano, un apostolado social en todos los sentidos. No dejes de visitar su página web www.movimientoculturalcristiano.org, que muestra la amplitud de los frentes en los que se encuentran, incluyendo la iniciativa de su plataforma política, el partido SAIn, como la medida de su compromiso por cambiar el mundo con los valores del Evangelio implantados en la sociedad y la economía. Y todo ello unido a una insobornable defensa de la vida, desde el primer instante de la concepción hasta su final, en plena armonía con el magisterio de la Iglesia.
Yo les lanzaba esta pregunta: ¿es posible un mundo sin bancos, sin entidades financieras? Parece una locura siquiera plantearse eso. La respuesta del Movimiento Cultural Cristiano es que no sólo es posible, sino que es deseable. Hay otra manera, más justa, cristiana, humana, de hacer la economía. Sólo que también implica que tenemos que “mojarnos”: más solidaridad y más vigilancia en cómo y qué consumimos.
No es algo imposible de realizar. Ellos lo llevan a la práctica y, como nos dijo Ana María, trasmiten a sus hijos esta manera de vivir (ésta es la trasmisión de la fe que tanto echamos en falta en la familia), lo que les lleva muchas veces a chocar con las costumbres del mundo, pero también a dar el verdadero valor a las cosas.
PD: En otro orden de cosas, no, la mula y el buey no figuran en los evangelios del nacimiento de Jesús. Pero la iconografía cristiana, que convierte el belén doméstico en una catequesis con profundidad teológica, colocó estas figuras haciendo referencia a Is 1, 3. El Papa no ha prohibido nada.
Moraleja. Queridos editores de noticias de prensa radio y televisión: antes de comentar el fragmento de un libro, tómense la pequeña molestia de leerlo antes.
Marcelino Manzano.