“Es un regalo vivir esta doble sacramentalidad, ser puente y mediador entre el Pueblo de Dios y el Clero”
Alfonso Velasco será ordenado diácono permanente mañana sábado, 27 de junio, en el curso de una ceremonia en la Catedral de Sevilla, a las doce del mediodía, presidida por monseñor Santiago Gómez, Obispo auxiliar de la Archidiócesis. Al respecto, el candidato ha declarado sentirse “con júbilo y muy agradecido a nuestro Señor Jesucristo, por haberse fijado en mí”, porque “la vocación al Diaconado Permanente es un auténtico regalo de Dios, no sólo para mí, sino para toda mi familia. Es un regalo poder vivir esta doble sacramentalidad, para ser puente y mediador entre el Pueblo de Dios y el Clero”.
Su vocación –explica- surgió a raíz de unas catequesis que recibió en su parroquia de La Campana, como miembro de la junta de gobierno de su hermandad. “Descubrí que el Señor me invitaba a dar un paso en mi vida, un paso decidido al frente, para servir a mi Iglesia”, confiesa. Así que se incorporó al grupo de Pastoral Familiar y a las catequesis de jóvenes y adultos. Este paso coincidió con la celebración de una misión popular, “momento álgido en el que el tejido comunitario de una Parroquia se revitaliza”, que también despertó inquietudes vocacionales en él. Aquel verano, recuerda, “fue duro, de discernimiento, con muchas dudas”, hasta que finalmente se rindió al Señor.
Durante su proceso formativo y de discernimiento –que se ha prolongado cinco años-, Velasco ha sido acompañado por los sacerdotes Ramón Valdivia, primero, y Antonio Bueno, después.
Esta formación, señala Bueno, comienza con “un año de discernimiento, en el que el hombre que tiene inquietud por este ministerio se presenta como aspirante”. Transcurrido ese tiempo, pasa a ser candidato y se forma académicamente en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, hasta alcanzar el Bachiller en esta titulación. Además, los candidatos reciben formación específica para el diaconado que engloba la dimensión humana, espiritual y pastoral. No en vano, apunta Bueno, “sus primeros destinos pastorales suelen concretarse en voluntariados. Más tarde, sirven en parroquias de la Diócesis”. Este proceso se completa con la participación en retiros, Ejercicios Espirituales y encuentros. Además, reciben los ministerios laicales –lectorado y acolitado.
Precisamente, Velasco destaca de este camino que “cuando parece que es imposible continuar, sobreabunda la Gracia”. Por eso, asegura, “estos cinco años me han permitido confirmar que el Señor me ha llamado, que el Señor quiere que lo siga con mis debilidades”. Igualmente, en relación a los voluntariados, apunta que gracias a ellos “he podido descubrir la huella de Dios en muchas personas”, y pone el ejemplo de Regina Mundi “donde se respira a Dios por todos los rincones de esa bendita casa”. Asimismo, agradece cómo la Iglesia diocesana “me ha cuidado en este camino a través de don Santiago, hasta ahora Obispo auxiliar, así como nuestro formador, Antonio Bueno. Desde el primer momento he sentido una cercanía inexplicable y una preocupación no sólo de cómo yo estaba viviendo este período, sino de cómo lo vivía mi familia”.
Actualmente la Archidiócesis hispalense se erige como la diócesis española que cuenta con más diáconos permanentes (en torno a 60), además de cinco aspirantes o candidatos a serlo. El perfil de estos últimos es similar: hombres casado, en torno a los 40 o 50 años, con inquietudes espirituales y que prestan ya un servicio en sus parroquias o en distintas realidades eclesiales.