Eucaristía por la Jornada Mundial de la Paz
El 1 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Para celebrarlo en nuestra Archidiócesis se ha preparado una Eucaristía a las doce y media en la Capilla del Sagrario. Este año el lema escogido es ‘Vence de la indiferencia y conquista la paz’.
Con motivo de esta Jornada la Pastoral Social, Justicia y Paz ha lanzado un comunicado en el que reflexiona sobre el mensaje que el papa Francisco ha publicado en torno a la paz en el mundo, la que define como “un don de Dios, pero también obra de los hombres”.
En éste animan a vencer la indiferencia, “en primer lugar, la indiferencia ante Dios”. Al respecto, desde la Pastoral Social aseguran que “sin una apertura a la trascendencia, el hombre es presa fácil del relativismo y le resulta difícil actuar de acuerdo con la justicia y trabajar por la paz”.De la indiferencia a Dios brota la indiferencia “hacia lo creado y hacia el otro, a su dignidad, a sus derechos fundamentales y a su libertad”. Y precisamente esta actitud puede llevar a políticas económicas deplorables, premonitorias de injusticias, divisiones y violencias. Según el papa Francisco esta indiferencia globalizada amenaza la paz y estamos ante una “tercera guerra mundial en fases”.
Como solución, recuerda la Pastoral Social, es necesaria “una conversión del corazón que nos haga pasar de la indiferencia a la misericordia, a detenernos frente al sufrimiento de los otros”. Por ello, invitan a todas las comunidades cristianas, parroquias y asociaciones a crear en sus ambientes “oasis de misericordia”. Por otra parte, el Papa insta a “promover una cultura de solidaridad para vencer la indiferencia”. Esto, asegura, “se lleva a cabo en las familias”.
Por último, hace un llamamiento a tres colectivos sociales: los educadores, que “están llamados a tomar conciencia de su responsabilidad para ver las dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona”; a los medios de comunicación, los cuales “tienen como misión ponerse al servicio de la verdad y no de intereses particulares”; y, por último, a los políticos que como “responsables de los Estados están llamados a dirigir su mirada más allá de sus fronteras permitiendo a todos participar en la toma de decisiones y conseguir la fraternidad también dentro de la familia de las naciones”.