Fallece el padre Manuel Alcalá, el jesuita cinéfilo
El pasado 25 de junio fallecía en Málaga el jesuita Manuel Alcalá, a los 94 años.
Nació en Granada e ingresó en la Compañía en 1943. Estudió Teología en Austria y se doctoró en Alemania. Durante sus más de 75 años como jesuita desarrolló su ministerio por toda España: Puerto de Santa María (Cádiz), Veruela (Zaragoza), Madrid, Granada, Barcelona…
En la Archidiócesis de Sevilla, concretamente, estuvo destinado durante varios periodos. En los años sesenta fue director consiliario de la Congregación Mariana Universitaria; profesor de Historia Moderna en la Universidad Civil; consiliario de los Equipos de Ntra. Señora (ENS); y profesor de Moral en el Centro de Estudios Teológico.
Más tarde, ya a partir del 2000, regresó a Sevilla y formó parte del equipo de pastoral del Centro Arrupe y fue coordinador provincial del Grupo de Pastoral Familiar. Asimismo, desempeñó el cargo de vicepresidente de CONFER entre 2005 y 2008 y se encargó de la pastoral en los colegios Buen Pastor y en el Santa María. Durante este tiempo también dirigió numerosos Ejercicios Espirituales y acompañó a varios grupos matrimoniales de ENS.
Testigos directo de acontecimientos relevantes en la historia de la Iglesia durante la segunda mitad del siglo XX, el padre Alcalá destacó, sobre todo, por ser un amante del cine. No en vano, su cultura y pasión cinematográfica le llevaron a dirigir durante varias etapas el Cine Club Vida, un referente para los cinéfilos sevillanos. Precisamente, su importante papel como crítico e impulsor del Séptimo Arte le hizo merecedor del Premio de Honor de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (ASECAN) en 2011, de la que era miembro.
La misa exequial se celebrará hoy, viernes 26, a la una y cuarto de la tarde, en la capilla de la comunidad de San Estanislao, en Málaga. Posteriormente –con fecha aún por determinar-, está prevista la celebración de la misa de despedida en la residencia de Sevilla.
La Archidiócesis de Sevilla da gracias por su ministerio sacerdotal y ora por el eterno descanso de su alma.
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