Gerena acogió la XLIX convivencia nacional de hermandades y cofradías de Ntra. Sra. de la Soledad
La Parroquia de la Purísima Concepción de Gerena acogió la Eucaristía de clausura de la XLIX convivencia nacional de hermandades y cofradías de Ntra. Sra. de la Soledad, dentro de los actos organizados por el 50 aniversario de la coronación de Ntra. Sra. de la Soledad de Gerena, que tuvo lugar desde el viernes 1 al domingo 3 de noviembre.
La misa dominical fue presidida por el arzobispo hispalense, monseñor José Ángel Saiz Meneses. Durante su homilía destacó la importancia de este encuentro que congregó a 24 hermandades de Soledad de España. “En esta convivencia de las hermandades de Nuestra Señora de la Soledad, renovamos el compromiso de amor y de fidelidad, el agradecimiento hacia nuestra Madre, que a lo largo de la vida nos acompaña con su amparo y protección. Ella nos sostiene en la vida cristiana, nos impulsa para crecer en la vida de fe y para transmitirla a los demás. Hoy más que nunca es importante la transmisión de la fe en los hogares, en las parroquias, en las hermandades”.
El arzobispo de Sevilla manifestó que María Santísima enseña también a perdonar y a pedir perdón. “En la escuela de María aprendemos la gran novedad del mensaje cristiano que es el amor a los enemigos. A lo largo de la vida no faltan golpes y heridas que dejan cicatrices. La venganza y el rencor envenenan el corazón y lo llenan de desazón y tristeza. No es fácil perdonar a quien te ha causado mal, pero es posible con la gracia de Dios. Cuando la Virgen oyó decir a su Hijo en la cruz: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, hizo lo mismo que Él: perdonó. Nosotros debemos perdonar, y también pedir perdón. Todos necesitamos el perdón, porque todos hacemos daño a los demás, aunque a veces quizá no seamos conscientes”.
María nos enseña a amar sin límites
“María nos enseña a amar sin límites”, ha subrayado don José Ángel. “Nos enseña a amar como ama Dios, que no se cansa de salir a nuestro encuentro, que recorre siempre el camino que nos separa de Él, que se dirige directamente a cada uno. Ama a cada persona por sí misma, y su amor es universal, abarca a toda la humanidad. María, desde que recibe su nueva misión de maternidad sobre los discípulos, ama a cada uno de sus hijos, especialmente a los más pobres y necesitados, a los que sufren, a los que están más doloridos por los golpes de la vida”.
El arzobispo hispalense ha tenido también presente a los damnificados de Valencia. “Peregrinando de su mano aprendemos a amar el mundo y a las personas, a amar a Dios y a los hermanos. Hoy pedimos especialmente por la paz en el mundo, y por los fallecidos y damnificados a causa del temporal que ha azotado diferentes lugares de España, especialmente Valencia. Nuestra oración y solidaridad. Nuestra Señora de la Soledad, Madre de amor y misericordia, nos ayude en este camino”.
La Eucaristía fue acompañada musicalmente por la Coral Polifónica de Tomares. Al término de la celebración eucarística, Nuestra Señora de la Soledad Coronada fue trasladada a su sede.
La colecta y aportaciones económica de las hermandades fueros destinadas íntegramente a Cáritas Valencia.