Grupo de santos a los pies de la Reina de Todos los Santos, Parroquia de Omnium Sanctorum, Sevilla.
Celebramos hoy la solemnidad de Todos los Santos, por lo que presentamos el grupo escultórico de varios santos que se disponen a los pies de la imagen de la Virgen de Todos los Santos, de la Parroquia sevillana de Omnium Sanctorum.
La imagen de la Reina de Todos los Santos, obra de Roque Balduque de 1554, completa la iconografía que se deriva de su advocación con dos grupos de santos que aparecen arrodillados sobre sendas nubes a sus plantas. En el grupo que se dispone a la derecha de la Virgen aparecen San José, San Lorenzo y San Basilio, mientras que el grupo que aparece a su izquierda está compuesto por San Pedro, Santa Catalina de Alejandría y Santo Domingo de Guzmán. Todas las esculturas presentan las cabezas talladas en madera policromada, mientras que las manos son de barro cocido y los cuerpos de telas encoladas y están atribuidas al escultor sevillano Cristóbal Ramos (1725-1799) ya que, como señala el catedrático Juan Miguel González Gómez, presentan notables paralelismos con otras obras de este artista, especialmente San José y Santa Catalina. La mirada perdida y el forzado escorzo del cuello que presenta esta última la relacionan con las dolorosas de este escultor.
Cada santo representa las aclamaciones de la letanía lauretana que invocan a María como Reina: San José correspondería a Reina de los patriarcas, San Lorenzo a Reina de los mártires, San Basilio a Reina de los confesores, San Pedro a Reina de los apóstoles, Santa Catalina a Reina de las vírgenes y Santo Domingo a Reina del Santo Rosario.
Los atributos iconográficos que presenta cada santo permiten su identificación. Así, San José, esposo de la Virgen, sostiene con su mano derecha la vara de azucenas, mientras que San Lorenzo viste dalmática roja y lleva la parrilla en la que fue martirizado. Por su parte, San Basilio porta el hábito de la orden por él fundada, los basilios, y sostiene el báculo episcopal, ya que fue arzobispo de Cesarea de Capadocia. San Pedro es reconocible porque lleva las llaves del cielo (cf. Mt 16, 18-19) y Santa Catalina de Alejandría sostiene la palma del martirio y la rueda dentada con la que intentaron matarla. Finalmente, Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, cuyo hábito viste, porta en su mano izquierda un banderín con la cruz dominica y en su frente presenta la estrella que la leyenda sobre su vida asegura que apareció durante su bautismo. Todos los santos, con expresión mística, dirigen su mirada al Niño que sostiene la Virgen, excepto san José que mira a su esposa. Hay que señalar además que el artista representa las distintas edades de la vida, desde la juventud a la vejez.
La gran calidad en su ejecución, la variedad en las posturas y expresiones, su elegancia y su riqueza iconográfica hacen de estas imágenes un conjunto excepcional del tardobarroco sevillano.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio
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