Archidiócesis de Sevilla

Entrevista a Luis Manuel Romero, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar

La Delegación de Apostolado Seglar ha cerrado recientemente el curso con una asamblea en la que se ha pasado revista a la actividad realizada y se han avanzado algunos puntos de la programación del próximo curso pastoral. La asamblea contó con un invitado especial, el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS), el pacense Luis Manuel Romero.

¿Qué impresión saca del laicado asociado en Sevilla?

He notado que hay un laicado numeroso, vivo, con mucha inquietud y deseo de formarse para poder estar en la sociedad impregnándola de los valores del Evangelio.  Y existe un amplio espectro de movimientos y asociaciones, lo cual habla de la riqueza de la Iglesia en Sevilla. Como sucede especialmente en el sur de España, hablar del laicado significa tomar en consideración también a las hermandades, que son un gran potencial evangelizador.

¿Cuáles son las iniciativas del Apostolado Seglar de Sevilla que más le han llamado la atención?

Me ha parecido muy atractiva la idea de una muestra pública en la plaza de San Francisco, para visibilizar la realidad del laicado de la Archidiócesis de Sevilla. Se trata de una iniciativa novedosa y que es importante para crecer en comunión entre los diversos movimientos y asociaciones y sirve para darnos a conocer como Iglesia en medio del mundo.

¿Qué aspectos convendría reforzar en las programaciones diocesanas sobre Apostolado Seglar?

Pienso que nos falta aún mucho para avanzar en la comunión. Estamos en movimientos y asociaciones, pero nos cuesta mirar más allá de nuestro grupo y saber valorar lo que los otros están haciendo en la Iglesia y de cara al mundo. Tenemos que descubrir que todos vamos en la misma barca, que es la Iglesia, y que debemos remar en la misma dirección unidos. Además, nos falta lograr que la Iglesia, y en particular los laicos, tengan mayor presencia e incidencia en la vida pública, y hay que seguir insistiendo en el tema de la formación del laicado.

Por lo que dice, da la impresión de que partimos en general de un déficit de comunión.

Opino que se ha avanzado en esta dirección, pero aún tenemos que seguir dando pasos para romper barreras entre delegaciones y movimientos y caminar unidos, desde la diversidad o pluralidad, que siempre es una riqueza. La comunión también es un signo de credibilidad para el mundo.

Una de las áreas de la CEAS es la Subcomisión de Familia y Vida. Estos días hemos conocido una iniciativa que busca legalizar la eutanasia ¿Qué tiene que decir la Iglesia al respecto?

La Iglesia, siguiendo el precepto dado por Dios a Moisés en el Sinaí -“no matarás”-, siempre apuesta por la defensa de la vida y por la búsqueda de los medios que favorezcan que la persona no sufra, antes de tomar el camino fácil de la eutanasia y el suicidio asistido. La eutanasia es defendida desde una postura en la que sólo vale la opinión personal del individuo sin tener en cuenta que no somos dueños absolutos de nuestra vida y sin valorar que el ser humano es un ser con los otros y para los otros. En definitiva, la Iglesia apuesta porque se legisle a nivel estatal no en favor de la eutanasia, sino de los cuidados paliativos que posibiliten la mejora de la calidad de vida en momentos de enfermedad, para ayudar a morir también con dignidad.

La Pastoral Juvenil es otra sección de la CEAS, con un Sínodo en el horizonte ¿Qué aporta la Iglesia española a esta cita?

La Iglesia española ha realizado el trabajo previo al Sínodo de los Jóvenes, respondiendo a unos cuestionarios sobre lo que piensan y esperan nuestros jóvenes de la Iglesia. La juventud española reclama una Iglesia que les escuche, que sea madre para ellos, que les conceda protagonismo y que no les recrimine si se equivocan. Los jóvenes desean tener un mayor compromiso eclesial y para eso también necesitan que se les dé su espacio y que los mayores sean referentes para ellos.