#HazMemoria | Juan Manuel Rodríguez: «La asignatura de Religión ayuda al alumnado a encontrar sentido a su vida y da respuesta a sus grandes preguntas»
Es innegable que la Iglesia tiene entre sus misiones ocuparse de la educación del pueblo de Dios. Para ello, desde hace siglos, viene abriendo escuelas y centros vinculados principalmente a congregaciones religiosas que ofrecen una enseñanza integral al alumno basada en el Evangelio.
La Archidiócesis de Sevilla, por su parte, responde a esta vocación educativa fundamentalmente a través de dos entidades: la Fundación diocesana de Enseñanza Victoria Díez, que aglutina una red de doce colegios; y la Delegación diocesana de Enseñanza, cuyo máximo responsable es Juan Manuel Rodríguez desde el año 2006 y con quien hemos tenido la oportunidad de hablar en el marco de la Campaña Haz Memoria de la Conferencia Episcopal Española que esta semana aborda la labor educativa de la Iglesia.
¿Cómo describiría la Delegación diocesana de Enseñanza para alguien que no conoce esta oficina?
El objetivo fundamental de esta Delegación diocesana es dedicar su tiempo y recursos humanos y materiales a la educación cristiana en una doble vertiente: la formación religiosa escolar y la educación católica. Dicho de otro modo, nos dedicamos, por un lado, al tema de las clases de Religión y al profesorado que la imparte y, por otro, a la asistencia y coordinación de los colegios católicos y de inspiración cristiana que existen en nuestra Archidiócesis.
¿Cuáles son las tareas o funciones propias de esta Delegación?
Son varias. En primer lugar, integrar la pastoral diocesana en la pastoral educativa y viceversa. También atender y coordinar la Enseñanza de la Religión Escolar en los centros principalmente públicos y en menor medida en los centros concertados y privados. En esta línea, coordinamos, acompañamos y formamos al profesorado de Religión de la diócesis, que son enviados por nuestra Iglesia a todos los colegios e institutos públicos de nuestra provincia.
Además, tenemos como objetivo sensibilizar a la comunidad cristiana en particular y a la sociedad en general de la importancia y riqueza de la enseñanza de la Religión escolar, especialmente como lugar de evangelización y progreso humano integral.
Por otra parte, apoyamos la Escuela Católica, de manera que estos centros puedan responder mejor, desde el ideario y la identidad cristiana, a las demandas de la Iglesia y la sociedad. En este sentido, potenciamos el Consejo Diocesano de la Educación Católica, como órgano integrador, cuyos miembros representan a tola la pastoral educativa de nuestra diócesis.
Asimismo, colaboramos con otras Delegaciones Diocesanas de Pastoral bien fomentando y participando en acciones conjuntas o dando a conocer las realidades que trabajan y sirven.
Finalmente, es nuestra intención establecer y mantener las relaciones necesarias con los organismos educativos oficiales, para el mejor desempeño de nuestras funciones, tanto con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, como con la Delegación Provincial de Educación de Sevilla y el Ministerio de Educación y Cultura del Estado.
Para abordar tantos proyectos y objetivos necesitará de un gran equipo.
Además del delegado, tenemos a una secretaria a tiempo completo, que tiene una función fundamentalmente administrativa y puede atender diariamente la Delegación.
El resto del personal que componen la Delegación (doce en total) son todos voluntarios y voluntarias, en su inmensa mayoría profesores en ejercicio o jubilados. Ellos desarrollan una función o servicio y forman parte del equipo asesor.
Además, contamos con casi medio centenar de coordinadores y coordinadoras arciprestales que coordinan todo el profesorado de Primaria y Secundaria.
Su principal labor, entonces, es el acompañamiento del profesorado de Religión en la diócesis ¿De cuántas personas estamos hablando?
Aproximadamente se acompaña a unos 650 profesores y profesoras de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato en los centros públicos. Aparte estarían los 120 coordinadores de pastoral de los colegios católicos y centros de inspiración cristiana que se encuentran en la Archidiócesis.
¿Qué perfil debe cumplir este profesorado?
Básicamente entendemos que un profesor de Religión tiene que ser una persona que además de poseer los estudios y titulaciones necesarias, sea testigo de Jesucristo, viva su fe, participe en una comunidad parroquial diocesana y sea un buen profesional. Ha de tener claro y asumir que es un enviado y “misionero en la escuela”, eso sí, con los instrumentos de la didáctica y la pedagogía para dar a conocer a Jesucristo en diálogo con nuestra cultura y sociedad. Para ello, ha de seguir el currículo aprobado por la CEE, que facilita nuestra labor y que contempla cuáles son esos contenidos más esenciales y propios para las distintas edades y etapas educativas.
¿Qué incluye este currículo de la asignatura de Religión?
Suelen ser los temas básicos relacionados con una formación cristiana integral. Se aborda casi siempre en diálogo con la cultura, las tradiciones y también fiestas religiosas más significativa, de manera que la asignatura contribuya a que el alumnado que la recibe comprenda el fenómeno religioso cristiano integrado en su cultura y encarnada en sus principales tradiciones.
Si bien, los bloques temáticos suelen responder a cuatro grandes áreas: El sentido religioso del ser humano, la revelación de Dios que interviene en la historia, Jesucristo como prototipo de ser humano en quien se cumple esa historia de salvación y la Iglesia como continuadora de esa misión. Todos estos temas se abordan desde la integración con el resto de saberes y contribuyendo al desarrollo de las competencias.
Para ofrecer estos contenidos, ¿el profesorado de Religión requiere de una formación específica?
Como comentaba antes, además de poseer los estudios y titulaciones necesarias, la formación específica de nuestro profesorado se programa anualmente, y suele tocar los siguientes puntos: Actualización teológica, Innovación educativa para la clase de Religión, Moral cristiana, Acompañamiento e interioridad, Biblia y curso para profesores noveles. También tenemos los grupos de trabajo, que están bajo la modalidad de autoformación y que se organizan desde las coordinaciones.
Además de este servicio de acompañamiento que se realiza en muchas ocasiones de forma personal, desde la Delegación promueven algunas actividades dirigidas especialmente a crear comunidad entre el profesorado de Religión.
Efectivamente, a lo largo del año tenemos muchas actividades.
Por un lado, organizamos varios encuentros con todo el profesorado: a comienzo del curso la misio y la Eucaristía de envío; también un encuentro con carácter formativo y finalmente alguno con tema festivo o de experiencias de buenas prácticas.
Asimismo, programamos una o dos excursiones al año, como por ejemplo una peregrinación a Tierra Santa, Guadalupe, Toledo o Roma.
También tenemos reuniones formativas y de convivencia con el profesorado novel, es decir que lleva menos tiempo.
Igualmente, celebramos encuentros tres veces al año con todos los coordinadores, tenemos un acto con los profesores que se jubilan y todos los años un retiro que suele coincidir con Adviento y tiene una participación bastante alta.
Finalmente, existen varias actividades diocesanas que se preparan desde la Delegación para el alumnado y los profesores que quieran participar como la Gymkareli, un recorrido de los Pasos de Semana Santa por Sevilla y visita de Belenes en Navidad.
Finalmente, teniendo en cuenta las últimas reformas que afectan no precisamente de forma positiva a la asignatura de Religión, ¿por qué cree que es importante que se mantenga esta enseñanza en la escuela pública?
Además de ser un derecho de los padres, el cual se lo reconoce la Constitución Española, es importante porque trata de responder a la formación integral de la persona, donde la dimensión espiritual es un elemento esencial y juega un papel muy importante que trasciende y alimenta al resto de las dimensiones; porque además le ayuda a encontrar sentido a su vida y tener respuestas para las grandes preguntas; también, porque es necesaria para comprender la cultura, la tradición, las fiestas, la historia, etc…; sin la religión cristiana sería muy difícil comprender todas estas realidades desde su complejidad.
En definitiva, el área de la Educación ha de ser un tema muy importante para la Iglesia y para los cristianos en general. Es lo básico de una sociedad y lo más importante para una familia.
Precisamente en la escuela católica encontramos todos los elementos para realizar una auténtica evangelización en el mundo actual, una cuestión que, si antes era importante, ahora lo es mucho más. En muchas ocasiones, podría ser perfectamente el centro pastoral desde donde se iluminan el resto de realidades.