Homilía Misa de Apertura del Año Jubilar de la Hermandad de la Hiniesta Gloriosa

Homilía Misa de Apertura del Año Jubilar de la Hermandad de la Hiniesta Gloriosa

Homilía de Mons. José Ángel Saiz Meneses. Santa Misa de Apertura del Año Jubilar de la Hermandad de la Hiniesta Gloriosa. Sevilla. Parroquia de san Julián. 19 de septiembre de 2023. Solemne Misa de Apertura del Año Jubilar, con motivo de la celebración del 50 Aniversario de la Coronación Canónica de María Santísima de la Hiniesta Gloriosa y 375 de la renovación del Voto de Acción de Gracias por parte del Ayuntamiento de Sevilla.

  1. Salutaciones
  2. La Santa Sede ha concedido un Año Jubilar a la Hermandad de la Hiniesta Gloriosa, a la Real e Ilustre Hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción y Primitiva y Franciscana y Cisterciense Cofradía de Nazarenos de la Piedad de Nuestra Señora y Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Santa María Magdalena y Nuestra Señora de la Hiniesta Dolorosa y Gloriosa Coronada, con ocasión del 50 Aniversario de la Coronación Canónica de María Santísima de la Hiniesta Gloriosa y del 375 de la renovación del Voto de Acción de Gracias por parte del Ayuntamiento de Sevilla. Hoy procedemos a la solemne apertura de la Puerta Santa. Este Año Jubilar será un tiempo especialmente propicio en el que Dios nos concede todos sus bienes; es un “año de gracia”, que tiene como finalidad la renovación interior.
  3. La Puerta Santa es aquella entrada en el templo que se abre a los fieles durante el Año Santo en el que se le concede a quien la atraviese la indulgencia plenaria, es decir, el perdón de todos sus pecados. Simboliza la conversión y la mediación de la Iglesia en la salvación de los fieles. Es un símbolo que Jesús se aplica a Sí mismo, tal como lo encontramos en el Evangelio de San Juan: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará” (Jn 10, 9). Solo Cristo es el Salvador enviado por Dios Padre, que nos hace pasar del pecado a la gracia, introduciéndonos en la plena comunión que lo une al Padre en el Espíritu Santo.
  4. Entrar y pasar por la Puerta Santa de la Iglesia comporta una actitud de arrepentimiento, de pedir perdón, de implorar nuevas gracias, y de saber con seguridad que vamos a recibir una bendición. Cada vez que cruzamos una Puerta Santa ganamos una gracia especial y esa es la indulgencia plenaria. Es el tiempo del perdón de los pecados y de las penas por los pecados, de reconciliación entre los enemigos, de dejarse convertir por el Señor, de dejarse cambiar el corazón, y de penitencia sacramental. Los fieles para poder alcanzar la indulgencia deben confesar, comulgar y rezar el Credo, y también rezar por el Papa y por sus intenciones.
  5. El Año Jubilar que hoy comienza nos invita a proseguir por el camino de la conversión. Nos invita a responder con alegría y generosidad a la llamada a la santidad, para ser cada vez más testigos de esperanza en la sociedad actual, en el tercer milenio. El Año Jubilar es un año de gracia y de misericordia para que podamos recibir los dones del perdón y del amor, para crecer en la unión con Dios, y para crecer en el impulso misionero.
  6. A la Puerta Santa cada uno llega cargando su propia vida, con sus alegrías y sus sufrimientos, sus proyectos, sus éxitos y fracasos, sus dudas y sus temores, para presentarlos ante la misericordia del Señor. Estamos seguros de que el Señor se acerca para encontrarse con cada uno de nosotros, para ofrecer la fuerza poderosa de su palabra de consuelo. Esta es la Puerta del encuentro entre el dolor de la humanidad y la compasión de Dios. Traspasando el umbral, realizamos nuestra peregrinación dentro de la misericordia de Dios, que nos ayudará a levantarnos y caminar. Su palabra y su amor nos hacen revivir, nos llenan de esperanza, dan sosiego a los corazones cansados, ofrecen una visión del mundo y de la vida que va más allá del sufrimiento y de la muerte.
  7. Meditemos en este Año Jubilar la Palabra de Dios. El pasaje evangélico que hemos escuchado, el relato de la anunciación, significa el punto de partida del camino de fe de María, de su peregrinación de fe. El ángel le anuncia un mensaje desconcertante: la propuesta de convertirse en la madre del Mesías. Ella responde dando su consentimiento humilde y generoso, con una fe absoluta. La anunciación y los años que seguirán son como un éxodo, un ponerse en camino, son una experiencia profunda de pobreza, de confianza absoluta en Dios, porque ella ha creído que, para Dios, ciertamente, no hay nada imposible. En este momento María inicia un camino de fe y de unión con su Hijo que mantendrá hasta el final.
  8. Peregrinar significa caminar hacia una meta. Esto confiere un atractivo propio al camino, incluso al cansancio y a los imprevistos. La Historia de la Salvación es posible por el amor y la voluntad de Dios, y también porque existían en Israel personas con un corazón en búsqueda, que no se acomodaron en la rutina, sino que escrutaron a lo lejos en búsqueda de algo más grande, más alto: Zacarías, Isabel, Simeón, Ana, María y José, los Apóstoles, y muchos otros. Al tener su corazón en actitud de espera, podían reconocer en Jesucristo a Aquel que Dios había enviado y experimentar un encuentro con él.
  9. Nuestra vida es una peregrinación, desde el nacimiento hasta el traspaso a la casa del Padre. No la hacemos solos, porque Cristo está presente entre nosotros, María nos lleva de la mano, y la recorremos en familia, en Iglesia. Hoy pedimos a Nuestra Señora de la Hiniesta que siga protegiéndonos y guiándonos en el camino. La fe que hemos recibido de nuestros mayores y sus buenos ejemplos, nos alientan para continuar en fidelidad y perseverancia. No son pocas las dificultades, pero no olvidaremos nuestras tradiciones ni dejaremos de mantenerlas vivas. Es responsabilidad nuestra transmitir este tesoro a las generaciones futuras con la palabra y la fuerza de un testimonio de vida coherente.
  10. María es modelo de fe y de fortaleza. Ella avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo con total fidelidad la unión con su Hijo hasta la cruz. Ella nos ayuda a vivir con la libertad y la fortaleza necesarias para ser fieles a nuestras raíces cristianas, que a lo largo de este año se han de reavivar. La devoción y el amor que profesamos a Nuestra Señora de la Hiniesta tiene que ser un verdadero estímulo y una ayuda poderosa para responder a lo que Dios quiere de nosotros.
  11. Preciosa es la tradición según la cual, en 1380, el caballero Mosén Per de Tous encuentra en los montes de Cataluña una imagen de la Virgen entre una retama de hiniesta con un letrero que indicaba su procedencia sevillana, situada en la Puerta de Córdoba. La trae a Sevilla y la deposita en San Julián. Y aquí estamos nosotros, a sus pies. Nuestra Señora de la Hiniesta es la Madre y Maestra que nos enseña a seguir a Jesús en la senda del bien, de la humildad y el servicio. Que ella guíe a nuestra Corporación Municipal en su trabajo por la justicia, por la verdad, por la paz social y el bien común de nuestra ciudad y sus habitantes. Que ella nos ayude a vivir con intensidad este Año Jubilar y a recibir toda la gracia, todo el perdón, todo el amor que el Señor nos quiere conceder. Que así sea.

 

 


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