‘Id y bautizad’
El Domingo del DOMUND viví algo extraordinario que le dio mucho sentido a esta jornada misionera. En la Misa de la Parroquia recibió los Sacramentos de la Iniciación Cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía), una joven de 27 años, sevillana y universitaria. Ella llevaba tiempo pensado en el bautismo. Y dio el paso. Se acercó a la parroquia y lo expuso. Me tocó a mí la suerte y el regalo de acompañarla en su proceso de preparación. Han sido muchos meses en los que semana tras semana iba caminado para prepararse a un paso tan importante en su vida. Ciertamente, aparte de los contenidos catequéticos, lo más importante era ir creando en ella la ilusión por el seguimiento de Jesús, de su pertenencia a la Iglesia, de su nueva vida como cristiana, con la fuerza del Espíritu Santo que se iba a derramar ese día en plenitud.
Desde muy pequeña he vivido siempre el Domund con gran interés y responsabilidad. Cuando era pequeña el colegio nos animaban a salir con huchas de cabecitas de negritos, chinitos… y pedíamos dinero, que pensábamos que era para que se bautizasen. Al ser ya mayor, y aún en el colegio, sentí la llamada a ser yo también misionera. Lo entendía, entonces, al estilo de San Francisco Javier: predicar y bautizar. Entré en un Instituto con carisma misionero, “ad gentes”, es decir ir a tierras donde no conocen a Jesús, o a las iglesias jóvenes para apoyarles en su crecimiento, y en los pueblos oprimidos por tantas esclavitudes e injusticias.
Hoy el concepto de misión, que es evangelizar, llevar la Buena Nueva, lo tenemos que vivir todos los cristianos allí y aquí, en Sevilla, que hay mucho que evangelizar, sobre todos a los jóvenes. Es el mandato de Jesús: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.» (Mt 28 19-20).
Sí, el domingo del Domund cobró mucho sentido ese “Id y bautizad…”. Se hizo realidad en esta joven que ya estrena una vida nueva en el Espíritu y en la Iglesia. Toda la parroquia la acogió con cariño. Se celebró en la Misa Parroquial , como todos los domingos, estaba llena de feligreses que participaron con alegría y gozo.
Le pedimos a Santa María de las Flores, titular de nuestra parroquia, la siga acompañando en este su nuevo camino como hija de la Iglesia.
4 comentarios
Es muy bonito todo lo que cuentas. Enhorabuena buena a esta joven sevillana y también a ti que has tenido la suerte de hacer misión en donde estás. Cada uno en su sitio debe evangelizar. Nuevamente, FELICIDADES!
Momentos así son los que te dan la fuerza para seguir anunciando la Buena Nueva y sentido a la Catequesis de niños en estos tiempos que corren. Esa semilla que se sembró con 7 -9 añitos, nunca sabes cuándo germinará.
¡Qué maravilla! ¡Enhorabuena a la chica y a ti, Pilar, como catequista!
El Espíritu Santo la acompañará siempre en el nuevo camino que ahora comienza.
¡Es toda una alegría!
¡Felicidades!
Sin duda fue una experiencia mágica que hubiese deseado que nunca acabase