Clausura de la III Muestra de Cine Espiritual con la comedia italiana ‘Si Dios quiere’
Las salas Cinesur Nervión Plaza acogen esta tarde, a las ocho, la clausura de la tercera edición de la Muestra de Cine Espiritual de Sevilla, una iniciativa que este año organizan la Asociación Andaluza de Imagen y Comunicación (ASIMACOM) y la Archidiócesis, en colaboración con la distribuidora andaluza de cine European Dreams Factory y Escuelas Católicas.
Esta edición de la Muestra supone un avance respecto a experiencias anteriores, ya que cuenta con la implicación de hasta seis delegaciones diocesanas (Pastoral Juvenil, Salud, Enseñanza, Catequesis, Familia y Vida y Medios de Comunicación) y el colectivo educativo de titularidad religiosa, que se suman a la iniciativa puesta en práctica hace dos años por un grupo de profesionales de la industria cinematográfica. El objetivo no es otro que cultivar el espíritu a través del Cine. Para ello, cada año se seleccionan películas recientes de rico contenido en valores, que faciliten la reflexión, incidan en una visión de la vida como servicio y estimulen a la responsabilidad en la actuación personal y social.
Juan Jesús de Cózar, de European Dreams Factory, valora muy positivamente el auge que está teniendo este tipo de producciones desde hace algunos años. Califica el cine espiritual como aquel que está “abierto a un sentido trascendente de la vida”. No se trata necesariamente de cine ‘religioso’, “se pueden calificar así películas que implícita o explícitamente tienen en cuenta la dimensión espiritual de la persona y su apertura a la trascendencia, su destino eterno”, aclara. En el lado opuesto estarían aquellos filmes donde predomina la inmanencia, “una visión plana del sentido de la vida que fácilmente –añade- desemboca en el nihilismo o la desesperanza”.
En el cine espiritual se agrupan películas que abordan aspectos humanos positivos, fácilmente reconocibles en todas las culturas: la solidaridad, la importancia de la veracidad, la necesidad de perdonar, etc., vinculados o no a una perspectiva espiritual o religiosa.
Tres historias, tres virtudes
La III Muestra de Cine Espiritual de Sevilla dió comienzo el martes con la exhibición de la película ‘Luz de soledad’ (2016), un biopic dirigido por Pablo Moreno (‘Poveda’, ‘Un Dios prohibido’) sobre santa Soledad Torres Acosta narrado a través de varios flashbacks que nos trasladan sucesivamente desde la habitación de un enfermo en el Madrid actual hasta el barrio de Chamberí en 1851, a Getafe o Ciudad Rodrigo. Para De Cózar, tendríamos que quedarnos en una faceta del personaje principal: la caridad, “pero una caridad que se ha criado en la humildad personal”.
Ayer miércoles, fue el turno para la última producción del director Juan Manuel Cotelo: ‘Footprints, el camino de tu vida’ (2016). El autor de ‘La última cima’ o ‘Mary’s land. Tierra de María’ vuelve a la gran pantalla con un documental que recoge el proceso de aprendizaje de once caminantes durante cuarenta días, desde Hendaya hasta Santiago de Compostela. Es un viaje interior a lo largo de un millar de kilómetros, que se alía con la belleza del entorno, con los paisajes del Norte de España. Es el cine de Cotelo, obras que siempre buscan interpelar al espectador y estimular su cambio, su conversión personal.
Para la clausura de la Muestra, que tendrá lugar hoy a las ocho de la tarde, se ha elegido la comedia italiana ‘Si Dios quiere’ (2015), dirigida por Edoardo María Falcone, que se estrena como regista tras firmar un año antes el guion de ‘¿Te acuerdas de mí?’. La cinta recuerda a los clásicos italianos de Peppone y Don Camilo, con enredo familiar en torno a las preocupaciones de un afamado cardiólogo, esposo y padre que se enfrenta a situaciones imprevistas. Juan Jesús de Cózar propone una pista para el debate posterior: el diálogo entre la fe y la razón. “Siempre pueden dialogar la fe y la razón, sobre todo si somos capaces de liberarnos de nuestros prejuicios, tanto quienes tenemos fe como quienes no la tienen”, afirma.
“Cine inclusivo”
Quizás una de las conclusiones positivas de esta apertura a un cine con valores es que no se trata de películas exclusivas para un tipo concreto de público, en este caso creyentes. De Cózar habla de “un cine inclusivo”, que ofrezca “planteamientos atrayentes para personas de ideologías o convicciones diversas”. Para ser espiritual, el cine tiene que ser muy humano, en el sentido más noble de la palabra. Y la misión del cine no es imponer ideas, sino proponer, mover, conmover, interpelar… Esta es también la finalidad última de la Muestra de Cine Espiritual.
Antes de cada proyección –a las ocho de la tarde- habrá una breve presentación a cargo de especialistas en cultura audiovisual, y al final de la película se iniciará un coloquio entre los asistentes. Las entradas pueden adquirirse por preventa online y en las taquillas al precio de tres euros por persona.