Inmaculada con Santa Ana y San Joaquín (Fundación Focus)
Celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María con esta pintura procedente de la Iglesia del Hospital de la Encarnación de Triana, que actualmente se encuentra en la sede de la Fundación Focus, en el Hospital de los Venerables.
Edificado en 1565, el Hospital de la Encarnación se encontraba en la actual calle Pagés del Corro. Las pinturas del retablo mayor de su iglesia fueron realizadas por Francisco Herrera el Viejo entre julio de 1635 y febrero de 1636 y por el contrato, publicado recientemente por el conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla Ignacio Cano, conocemos el resto de los temas que circundaban esta Inmaculada con Santa Ana y San Joaquín: el abrazo de Santa Ana y San Joaquín ante la Puerta Dorada, la Natividad de la Virgen, la Presentación de la Virgen, los Desposorios de María y San José, la Visitación de María a Isabel, el Nacimiento de Jesús, la Adoración de los Magos y la Presentación del Niño en el templo, además de un Dios Padre que remataba todo el conjunto así como otras obras en el banco del retablo y el tabernáculo.
La pintura que hoy comentamos presidía la calle central del segundo cuerpo del retablo y muestra a la Inmaculada entre San Joaquín y Santa Ana, en una iconografía que deriva directamente de la denominada escena de los Tallos o de los Lirios, en la que de los pechos de los padres de María salen sendos tallos que se unen en una flor sobre la que aparece su Hija. Aquí, han desaparecido ya los tallos (si bien se mencionaban en el contrato) pero permanece el esquema: a ambos lados de la composición, dispuestos de manera simétrica, los padres dirigen su mirada hacia Aquella que ha sido concebida sin mancha en el seno de Santa Ana. Destaca el color amarillo del manto de ésta última, que se recorta sobre el fondo de la escena y que la unifica visualmente con la luz que envuelve a la Inmaculada, luz que hace referencia al versículo del Apocalipsis 12,1: “Vestida de sol”.
María, por su parte, presenta los primitivos colores concepcionistas de rojo y azul y siguiendo igualmente el capítulo 12 del Apocalipsis aparece coronada por las doce estrellas y a sus pies la luna, bajo la cual se distinguen varias cabezas de angelitos. La figura de la Inmaculada, de la cual se conserva un dibujo en la Academia de San Fernando de Madrid, recuerda a los modelos de Alonso Cano por su perfil en forma de huso y el modo de recoger los pliegues de la túnica en sus pies como señala Benito Navarrete, quien igualmente relaciona el San Joaquín con varias obras de Herrera el Viejo, como un San Bartolomé del British Museum.
Toda la escena tiene lugar en un hermoso paisaje en el que se distinguen algunos de los símbolos marianos, como el pozo, la torre o el huerto cerrado.
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