INMACULADA DE PACHECO, DE LA PARROQUIA DE S. LORENZO
Entre las pinturas de la Inmaculada que se conservan en Sevilla realizadas por Francisco Pacheco, tiene una belleza singular la que actualmente se conserva en la Capilla del Bautismo, en la Parroquia de San Lorenzo. Está firmada y fechada por el artista: F.P. 1624. Las mismas dimensiones del cuadro (3,05 x 1,95 cm) la hacen una de las obras más significativas que pintó Pacheco de este tema. Además, tiene un signo de originalidad que la distingue de las demás: la Trinidad que admira a la Virgen, los ángeles que la rodean, los símbolos de las Letanías Lauretanas que aparecen en la obra, la vista tan completa de Sevilla en la parte baja… El paisaje que representa a la ciudad de Sevilla, con el río que separa la parte antigua de la otra orilla de Triana, es uno de los más completos pintados por Pacheco.
La obra refleja los ideales de Pacheco descritos en su obra El Arte de la Pintura para descubrir a la Inmaculada: que María se ha de pintar en la flor de la edad, de 12 a 14 años, vestidas de sol que cerque toda la imagen, coronada de doce estrellas a sus pies la luna. El mismo cromatismo de los vestidos de la imagen están descritos por Pacheco en su obra y, en general, la luminosidad de todo el conjunto es la expresión del misterio de la Inmaculada que se representa.
Tal y como señala la firma, esta obra está realizada por Pacheco en 1624, justamente cuando su yerno Velázquez acababa de abandonar Sevilla para instalarse en Madrid como pintor del Rey. De las varias inmaculadas que se conservan de Pacheco, ésta es la que de mejor calidad, realizada en una fecha en la que el artista contaba con 60 años de edad y se encontraba en el vértice de su carrera, cuando sus facultades pictóricas alcanzaron un mayor nivel de madurez. (Juan Manuel García Junco).
Aunque esta pintura fue realizada por Pacheco para la Capilla de la Concepción, al lado de la Capilla Mayor, ha sido trasladada no hace mucho tiempo a la Capital Bautismal, donde puede ser mucho mejor admirada por todos los que llegan a la Iglesia de San Lorenzo. En medio de las innumerables joyas artísticas que conserva esta parroquia, este cuadro de la Inmaculada de Francisco Pacheco es una de las más significativas.
Fernando García Gutiérrez, SJ.
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