IV Centenario de la canonización de San Isidro Labrador, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri (I).
El 12 de marzo de 1622 tuvo lugar en Roma la histórica canonización de estos cinco santos por el Papa Gregorio XV, siendo la primera vez que se celebraba un acto de este tipo de manera colectiva. La importancia de los santos canonizados convirtió esta ceremonia en una celebración del triunfo de la Reforma católica y de sus protagonistas frente a los protestantes.
Para celebrar su IV Centenario comenzamos presentando hoy esta curiosa pintura, de autor desconocido, que se encuentra en la Iglesia de San Alberto de los Padres Filipenses, en Sevilla. Reúne a los cinco santos canonizados: ocupando el centro, como en el grabado de la canonización, San Isidro Labrador, el más antiguo cronológicamente y el primero en ser aprobada su canonización, alrededor del cual se disponen a su derecha los santos jesuitas San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier y a su izquierda Santa Teresa de Jesús y San Felipe Neri. Aparecen todos en actitud orante con los ojos elevados hacia un cuadro de la madrileña imagen de Nuestra Señora de Atocha, escultura que se puede datar del siglo XIII y que antiguamente se mostraba revestida de ricos mantos como aparece en esta obra. Sobre la imagen de la Virgen aparece otro marco en el que se muestra la Santísima Trinidad señalada por una pareja de ángeles que sostienen una tela roja que, a modo de pabellón, cubre ambas representaciones.
De todos los santos canonizados en aquella ceremonia, es San Isidro Labrador, patrón de Madrid, el que tiene mayor relación con esta imagen madrileña de la Virgen: se cuenta que todas las mañanas antes de ir a trabajar oraba ante Ella y que en una ocasión salvó a uno de sus hijos que había caído en un pozo. Precisamente en la canonización de San Isidro tuvo gran importancia fray Domingo de Mendoza, dominico del Convento de Atocha, quien impulsó el proceso con gran interés.
Sin embargo, la presencia de esta devoción mariana madrileña con todos los santos canonizados en 1622 puede justificarse por tener esta imagen de la Virgen de Atocha gran vinculación con la monarquía española desde los tiempos de Alfonso VII hasta nuestros días, no pudiendo pasar por alto la vinculación e implicación de los monarcas Felipe III y su hijo Felipe IV en la canonización de los cuatro santos españoles.
En esta curiosa pintura podemos reconocer cada santo, además por la inscripción que acompaña a cada uno de ellos, por ser representado con su iconografía habitual: así, en el centro como ya hemos referido, aparece San Isidro, vestido como un labrador del siglo XVII con la aguijada entre sus manos, mientras que el resto de los santos se representa con el hábito característico de su orden. Santa Teresa además lleva un libro en alusión a su condición de escritora y mística.
Antonio Rodríguez Babío
Delegado diocesano de Patrimonio Cultural
Imágenes de Daniel Salvador
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