La ancianidad, don y eslabón entre generaciones
En sus palabras tras el rezo del Ángelus, el domingo 31 de enero del 2021, el papa Francisco anunció la institución de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, a celebrarse el cuarto domingo de julio, cerca de la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús.
“El Espíritu Santo sigue suscitando hoy pensamientos y palabras de sabiduría en los ancianos: su voz es preciosa porque canta las alabanzas de Dios y custodia las raíces de los pueblos. Nos recuerdan que la vejez es un don y que los abuelos son el eslabón entre generaciones, para transmitir a los jóvenes la experiencia de la vida y la fe. Los abuelos son a menudo olvidados y nosotros olvidamos esta riqueza de custodiar las raíces y transmitirlas”, durante la institución de la jornada, el Pontífice también manifestó que “es importante que los abuelos se encuentren con los nietos y que los nietos se encuentren con los abuelos, porque -como dice el profeta Joel- los abuelos ante los nietos soñarán, tendrán ilusiones [grandes deseos], y los jóvenes, tomando fuerza de sus abuelos, irán hacia adelante, profetizarán”.
En este sentido, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida invita desde entonces a las parroquias y diócesis de todo el mundo a encontrar formas de celebrar la jornada a nivel local que se adapten a su propio contexto pastoral.
Vida Ascendente
En la Archidiócesis de Sevilla, uno de los movimientos encargados de promover y dar respuesta eclesial a las personas jubiladas y mayores para que descubran los nuevos modos de acción en la sociedad y en la Iglesia es Vida Ascendente. Su consiliario, el sacerdote Manuel Martínez, está al frente de este apostolado desde octubre de 2022 y describe el movimiento en tres palabras: Espiritualidad, apostolado y amistad.
Martínez expresa que Vida Ascendente atiende necesidades específicas, “sobre todo la amistad, para que las personas mayores puedan sentirse acompañadas por otras personas de su edad y así poder compartir su fe, reflexionar juntos sobre la realidad actual, ayudarse mutuamente en su relación con la familia y en especial con los nietos; finalmente, sentir que en esta etapa de la vida que están viviendo son importantes y útiles en la transmisión de valores humanos y sobre todo de la fe”.
“El movimiento ha sufrido mucho con la pandemia y bastantes grupos han disminuido su número y otros han desaparecido”. Actualmente está implantado en varias parroquias sevillanas: San Gil, Santísimo Redentor, Nuestra Señora del Mar, Santa Cruz, Nuestra Señora de los Remedios, San Nicolás y Santa María la Blanca, San Andrés, Concepción Inmaculada, Sagrados Corazones, Padres Blancos, Nuestra Señora de la Salud, San José y Santa María, San Lorenzo, Corpus Christi, San Joaquín, San José Obrero, San Luis y San Fernando, Espíritu Santo, de Mairena del Aljarafe, Inmaculada Concepción de Alcalá de Guadaíra; Santa María de la Asunción, de Guadalcanal, Santa María de las Flores y San Eugenio Papa, Ave María y San Luis, de Dos Hermanas”.
«Su misericordia se extiende de generación en generación»
Sobre el mensaje del papa Francisco para la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, titulado «Su misericordia se extiende de generación en generación» (Lc 1,50), Manuel Martínez destaca la insistencia en la relación de abuelos y nietos que hace el Santo Padre, especialmente “en el acompañamiento mutuo, en poner al servicio de los jóvenes la experiencia y fe de los abuelos, el agradecimiento de los jóvenes por ello, y la alegría y esperanza que éstos les pueden transmitir”.
En esta línea, subrayaría “la sugerencia que el papa Francisco hace a los jóvenes que van a ir a la JMJ: Antes de ponerse en camino vayan a encontrar a sus abuelos, hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración los protegerá y llevarán en el corazón la bendición de ese encuentro. A ustedes ancianos les pido que acompañen con la oración a los jóvenes que van a celebrar la JMJ”.
La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores “quiere ser un pequeño y delicado signo de esperanza para ellos y para toda la Iglesia. Es una forma de recordarnos la importancia que tiene la relación con nuestros mayores, saber aceptar su experiencia y ayudarnos a profundizar más nuestra fe”.
Gestos concretos
Finalmente, el Papa invitó a toda la Iglesia “a pasar de la imaginación a la realización de un gesto concreto para abrazar a los abuelos y a los ancianos. No los dejemos solos, su presencia en las familias y en las comunidades es valiosa, nos da la conciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces. Sí, son los ancianos quienes nos transmiten la pertenencia al Pueblo santo de Dios. Tanto la Iglesia como la sociedad los necesita. Ellos entregan al presente un pasado necesario para construir el futuro. Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean descartados”.