La Archidiócesis de Sevilla perfila su aportación a la etapa continental del Sínodo
El pasado sábado tuvo lugar en el Arzobispado de Sevilla un hito más dentro del calendario de trabajo del Sínodo. En esta ocasión se trataba de definir la aportación diocesana, desde la Iglesia en Sevilla, para la etapa continental de un proceso sinodal que debe derivar en la elaboración del denominado Instrumentum laboris, un documento que debe estar redactado el próximo mes de junio. Para adecuar el proceso sinodal al trabajo que se está llevando a cabo a nivel diocesano, nacional y continental, la finalización del mismo se ha alargado un año, pasando del año 2023 al 2024.
El encuentro del equipo diocesano de trabajo –o equipo de síntesis, como se ha venido denominando- se celebró en el Centro Diocesano de Empleo de Cáritas Diocesana, y en él participaron los 56 miembros del mismo. Este equipo recoge las distintas sensibilidades y campos de acción de la Iglesia en Sevilla, con representaciones de todos los sectores de la comunidad diocesana. A lo largo de esta jornada se trabajó sobre la base del Documento elaborado en la etapa continental del Sínodo, publicado por la Secretaría General el pasado 24 de octubre.
La segunda cuestión que abordó el equipo diocesano de trabajo fue: “¿Qué tensiones o divergencias sustanciales surgen como particularmente importantes desde la perspectiva del continente?”. Y, en esta línea, “¿cuáles son las cuestiones e interrogantes que deberían abordarse y considerarse en las próximas fases del proceso?”.
Finalmente, con la tercera pregunta se buscaba perfilar más, si cabe, el orden del día de la primera sesión de la Asamblea Sinodal de octubre de 2023: “¿Cuáles son las prioridades, los temas recurrentes y las llamadas a la acción que pueden ser compartidas con las otras Iglesias locales de todo el mundo?”.
Diálogo de las Iglesias locales entre sí y con la Iglesia universal
El documento de trabajo es “el instrumento privilegiado a través del cual se puede realizar el diálogo de las Iglesias locales entre sí y con la Iglesia universal en la etapa continental”. Así, cada Iglesia local ha tenido la oportunidad de “escuchar las voces de las demás Iglesias -reunidas en el documento de trabajo- y de responder a partir de su propia experiencia”.
Uno de los miembros de este equipo diocesano es Enrique Belloso, quien, en declaraciones a COPE Sevilla, resumía de esta manera la experiencia del último encuentro de trabajo: “Ha sido una tarea muy bonita, hemos compartido experiencias, situaciones, a través del método de la conversación espiritual, donde hemos podido comprobar que esto de la comunión, de la participación y la misión en la Iglesia en Sevilla es una realidad que va creciendo”.
Próximos pasos en el proceso sinodal
Una vez aprobada por el arzobispo, este equipo diocesano tiene hasta el 21 de enero para remitir su aportación a la Conferencia Episcopal Española, y esta presentará el resumen de todo lo recibido el 28 de enero en Madrid. Con posterioridad, antes del 12 de febrero, Viena será el escenario de la presentación de las aportaciones continentales y, a partir de todos los documentos continentales, se elaborará el Instrumentum Laboris de la sesión del Sínodo.
Los plazos obligan a llevar a cabo una labor muy concreta y precisa, aterrizando en cuestiones directas y reconocibles, tanto en el orden diocesano como en el nacional. De ahí que esta aportación del equipo diocesano de síntesis se deba exponer con unos límites de obligado cumplimiento para todos los equipos de trabajo.
Sinodalidad
Esta tarea verá la luz en 2024, pero paralelamente a las conclusiones finales nos quedará la experiencia de una reflexión a todos los niveles, con una participación abierta de los diversos sectores eclesiales. Tendremos el testimonio de una Iglesia que escucha, debate y ora en común. De una Iglesia que ha adoptado una nueva dinámica, una forma de actuar que ha llegado para quedarse, y que reconoceremos en adelante por el término sinodalidad.