La Archidiócesis de Sevilla presenta sus aportaciones al Sínodo de la sinodalidad
La vigilia de Pentecostés ha supuesto este año el cierre de la fase diocesana del Sínodo. La Catedral de Sevilla se convirtió la tarde del pasado sábado en el foro donde se expusieron las conclusiones principales de un trabajo complejo que ha servido para conocer qué modelo de Iglesia desean los fieles de la Archidiócesis de Sevilla. Esta etapa de escucha arroja unas conclusiones con un alto grado de participación y una reflexión madura y responsable.
El 10 de abril comenzaron a conocerse las primeras aportaciones de los fieles sevillanos al llamamiento que el papa Francisco hizo cuando convocó a toda la Iglesia a un Sínodo concebido como un momento de escucha y debate sobre la propia Iglesia. La alta participación de la Archidiócesis ya no sorprende: en la plataforma sinodal se inscribieron 9.686 personas agrupadas en 685 grupos, y para el tratamiento de esta información se creó un equipo de síntesis formado por 56 personas, representativas de todas las realidades eclesiales de Sevilla.
Los datos sobre los participantes arrojan una información que ayuda a conocer mejor la comunidad eclesial en Sevilla. Las mujeres son mayoría entre los participantes en esta fase diocesana del sínodo, con un 67 % del total. Además, los miembros de estos grupos tienen una edad media de 50 años y en su mayoría han cursado estudios superiores. En el 36 % de las parroquias se han creado grupos sinodales y, por vicarías, de la capital procede el 71 % de los participantes.
“Que esto no termine aquí”
Tras un inicio marcado por cierto escepticismo –“caminar juntos exigía superar barreras”, se subraya-, los grupos demandaron “que esto no termine aquí” y que “sepamos atraer y acoger especialmente a los jóvenes y alejados”. La mayoría coincide en que esta experiencia sinodal ha supuesto salir de nuestro individualismo: “Hemos comprobado que nadie sobra y, si acaso, muchos faltan”, reza una de las aportaciones recibidas.
Entre las conclusiones que aporta la Archidiócesis de Sevilla al trabajo general destaca la necesidad que tiene la Iglesia de “salir al encuentro, escuchar, acoger y acompañar aquellas realidades heridas que permanecen en la orilla del camino”. Los fieles sevillanos han abogado por dar “mayor participación a los laicos, y no solo en tareas secundarias o irrelevantes, sino también en responsabilidades directas, en ejecución y gestión pastoral”. Así, se pide a los párrocos que “hagan un esfuerzo por escuchar a todos, entender que todos somos corresponsables, que no están solos”.
Música, lenguaje, consejos pastorales, diseño de parroquias…
Llama la atención que se pida una mejora de la comunicación en la parroquia, aprovechando las nuevas tecnologías con el precedente positivo de los años de pandemia. Igualmente se destaca la necesidad de potenciar la música “como medio para dar vida a nuestras celebraciones”. Un lenguaje más cercano, favorecer las experiencias de misión –“aquí mismo, a nuestro alrededor, existen barrios con pobreza extrema”, se subraya-, potenciar los consejos pastorales como cauces de interlocución entre la diócesis y la parroquia, y diseñar las nuevas parroquias “de forma que se fomente la participación e inclusión de todos”, son algunas de las conclusiones que han concitado un mayor respaldo entre los participantes.
Este acto viene a coincidir con la finalización del plazo de envío de aportaciones para la elaboración del Plan Pastoral Diocesano para los próximos años. Este es un hecho que no se ha pasado por alto en los grupos sinodales: “Que el plan pastoral diocesano sea la hoja de ruta de la acción parroquial y de todos los grupos eclesiales, preservando su singularidad y tarea evangelizadora”.
Los jóvenes en la Iglesia
Los jóvenes han estado muy presentes en las reflexiones de los grupos sinodales. Entre los pasos que se deben dar en este camino de la sinodalidad, está “potenciar el liderazgo de los jóvenes y trabajar para que los que están en movimientos, asociaciones, hermandades y colegios se interrelacionen con la parroquia, con la diócesis y lleguen a otros jóvenes más alejados”.
Etapas del Sínodo
Además del trabajo que se ha desarrollado en los grupos, esta etapa diocesana ha tenido un hito relevante, el encuentro sinodal diocesano que se celebró el 26 de marzo en el campus de la Fundación San pablo Andalucía CEU. Óscar Díaz, vicario episcopal para la Nueva Evangelización y miembro de la Comisión Diocesana del Sínodo, destacó que la participación de los fieles estaba siendo “grande, diversa y generosa”. “Se ha respondido a la pregunta sobre cómo se realiza hoy este caminar juntos en la Iglesia en Sevilla, teniendo en cuenta que en la Iglesia el anuncio es cosa de todos y para ello debemos recorrer el camino todos juntos”, afirmó. Ese fue un encuentro sobre todo testimonial, “donde un grupo de fieles del Pueblo de Dios en Sevilla ha contado su experiencia acerca de su participación en el Sínodo”.
Este camino sinodal ha recordado en cierto modo las vivencias y experiencias en torno al Congreso Nacional de Laicos, que se celebró en Madrid del 14 al 16 de febrero de 2020. Un evento que supuso un punto de inflexión y que los participantes consideran “precursor del Sínodo en España”.
Una vez completada la fase diocesana, el trabajo sinodal pasa al ámbito de las conferencias episcopales. En el mes de agosto, la Secretaría General del Sínodo recibirá las aportaciones de todas las Iglesias locales, y el primer Instrumentum laboris se espera que esté listo en el mes de septiembre. La fase continental, organizada en siete regiones, se desarrollará hasta marzo de 2023, y tres meses después se difundirá una segundo Intrumentum laboris. Finalmente, en octubre de 2023 se celebrará la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.