La cadena de oración de las religiosas contemplativas por los sanitarios alcanza las diez mil personas
Ánimo, yo rezo por ti es una iniciativa de oración que nace en la Archidiócesis de Sevilla de la mano del sacerdote diocesano Álvaro Pereira y de la religiosa dominica Sor Rocío Goncet. “Surge con la intención de hacer visible el gran valor que la vida de las monjas contemplativas tiene para la Iglesia, así como mostrar que ésta acompaña a las personas en todas sus circunstancias vitales”, explica Ángela Tenorio, periodista y colaboradora en este proyecto que consiste en “apoyar y dar ánimos de un modo personalizado a los sanitarios, y que tengan la certeza de que una religiosa ora por cada uno de ellos”.
Todo comenzó con un vídeo protagonizado por Sor Rocío, en el que presentaba esta iniciativa y facilitaba una dirección de correo electrónico (animoyorezoporti@gmail.com) al que dirigir las peticiones. “En menos de una semana alcanzamos los dos mil mensajes recibidos -señala Tenorio- sin apenas labor de difusión por nuestra parte, solo gracias al reenvío de este vídeo entre los propios profesionales sanitarios”.
Casi cinco semanas después, son cerca de seis mil los correos electrónicos recibidos. Al respecto, Tenorio comenta que “algunos mensajes son de una persona, pero la mayoría piden oración también por los compañeros de trabajo, la familia, los amigos… y nos envían los nombres de todos”. Por tanto, es complicado hacer un cálculo del total de personas por las que actualmente reza esta cadena de oración, pero “podrían ser cerca de diez mil”, apunta esta colaboradora.
También indica que en su mayoría son mujeres, de diversas edades, que principalmente trabajan en hospitales, pero también en atención primaria, en residencias de ancianos o en farmacias. “Asimismo, -añade Tenorio- hemos recibido correos de personas de otros ámbitos profesionales como policías, militares y empleados de banca”.
La oración que supera fronteras
De Sevilla saltó al resto de Andalucía, y de ahí a otras ciudades españolas (Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao, Vigo, Burgos, Santander, Mallorca…). Pero esta cadena de oración por los sanitarios que combaten al coronavirus también ha llegado a otros países, tanto europeos (Alemania, Reino Unido e Italia) como americanos (México, Argentina, Venezuela o Canadá).
Y no sólo son las peticiones las que llegan desde todos los puntos cardinales, sino que son muchas las religiosas que se han sumado a lo largo y ancho del planeta a esta iniciativa sevillana, entre las que destacan las Concepcionistas Franciscanas de Goa (India).
Además de superar fronteras físicas, este proyecto también ha derribado muros internos, dando voz a miles de personas que “vuelcan sus inquietudes y miedos más íntimos” en sus correos electrónicos dirigidos a las monjas. En este sentido, Tenorio confiesa que lo “más impresionante” de esta experiencia es “la confianza absoluta con la que se encomiendan la oración de las religiosas”. Entre las historias que les llegan, reconoce que le emocionó especialmente la de un joven que rogaba rezos por su novia médico y “contaba que una vez que todo pasara, quería pedirle matrimonio”.
Sin duda, éste es un ejemplo más de cómo las religiosas contemplativas son el pulmón de la Iglesia en el mundo; de cómo la oración tiene un poder incalculable y de cómo Dios, a través de la Iglesia, acompaña siempre a los que más la necesitan. En palabras de Tenorio: “En esta situación, en la que parece que muchas veces no es posible hacer nada útil y ayudar, la Iglesia imagina la forma de hacerlo y de llegar a todos aquellos que necesitan, al menos, una oración y unas palabras de aliento”.
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